Consumo familiar Enviar a estudiar a un hijo fuera de casa puede llegar a costar 20.000 euros al año

Un hogar para todo el curso

  • Miles de estudiantes apuran hasta septiembre cada año para buscar alojamiento, en un rango de opciones que van desde el piso compartido a vivir en un colegio mayor

"Se alquila habitación en piso compartido. Bien comunicado con la Universidad. 320 euros". La alicantina A. C., matriculada en primero de carrera en Madrid, acudió a verlo. Los inquilinos, que subarrendaban el cuarto, no comentaron la precariedad de los enseres: el colchón aparecía sobre un palé de madera.

El alojamiento es en septiembre un quebradero de cabeza para los miles de jóvenes que estudian fuera de casa. La crisis ha incrementado la oferta de alquileres compartidos, pero muchas veces los pisos están en condiciones deficientes y los precios son abusivos, opinan los estudiantes. Es común el primer año buscar plaza en una residencia o colegio mayor, aunque no siempre es fácil conseguirlo. La mayoría comparte piso. El precio medio por habitación en Madrid ronda los 400 euros, y en un colegio mayor los 850-900. En Barcelona son similares y algo menos en Pamplona, Salamanca, Sevilla o Santiago de Compostela. En el mejor de los casos, el coste para las familias puede suponer 5.000 euros por curso, incluyendo matrícula en universidad pública y habitación -alimentación, transporte, ropa, móvil y ocio aparte-, y 20.000 euros, si el curso es en la privada y el alojamiento en un colegio mayor.

Un gasto extra que durará de tres a siete años, dependiendo de los estudios. La carrera "me ha costado 100.000 euros en seis años", afirma un padre de familia de Gijón, cuya hija estudió Periodismo en una universidad privada en Madrid. Sumando enseñanza, manutención, desplazamientos, seguro médico y alojamiento: un año en residencia, otro en piso compartido y cuatro en un estudio para ella sola.

El alquiler compartido se multiplica, como reflejan los portales. La oferta en LoQUo.com aumentó un 45% en los seis primeros meses del año respecto al primer semestre de 2007, dice su portavoz, Laura Tomás. "Al tiempo ha habido un cambio en la demanda. La búsqueda de piso ha caído un 8,2%, mientras que la de habitación se ha incrementado en un 4%". El precio de alquiler de viviendas ha subido, pero se mantiene estable el de las habitaciones, indica Tomás. Entre 350 y 500 euros en Madrid o Barcelona.

Entre los estudiantes, además de razones económicas, pesa el deseo de libertad. "En una residencia tienes todos los servicios, pero a veces buscamos independencia y estar alejados de todo lo que supone organización", señala Diego Ortega, secretario de la Coordinadora de Representantes de Estudiantes de la Universidades Públicas. Compartir piso "sale más barato y estaba harta de comer las patatas del colegio mayor", argumenta la zaragozana Marta Valer, de 20 años y estudiante de tercero de Administración y Dirección de Empresas en Madrid. Este curso empieza a vivir con sus amigas. "Echaba de menos un salón, la televisión, echarte en el sofá cuando llegas cansada, cierta intimidad, que no tienes con 150 personas a tu alrededor", cuenta, aunque recuerda "con cariño" los dos años en el colegio mayor. "Aprendes a convivir y maduras un montón. Luego, con tus amigas, te vas a un piso".

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