Sociedad

Un profesor jubilado muere en Mérida apuñalado por un joven

  • El presunto agresor ha sido detenido. Es un hombre de 21 años que conocía a la víctima de un centro de inmigrantes en el que daba clases de español.

Un profesor jubilado de 69 años ha muerto en Mérida a consecuencia de las puñaladas que le ha asestado un joven de 21 años, quien había conocido al profesor en el centro de inmigrantes en que daba clases de español.

La Delegación del Gobierno en Extremadura ha informado en un comunicado de que los hechos sucedieron en torno a las 16:00 del pasado jueves en el número 5 de la calle Publio Carisio de Mérida, donde vivía el profesor.

En ese momento, por causas que se están investigando, un joven marroquí de 21 años agredió con un arma blanca al hombre, que falleció horas después en el Hospital de Mérida.

Aunque estas fuentes no han confirmado la identidad del fallecido, la coordinadora de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) en Extremadura, Maite Muñoz, ha informado de que se trata de Juan Antonio Montero, un profesor jubilado que colaboraba con ellos dando clases de español a inmigrantes y en las que conoció, según ha asegurado, al joven que ha acabado con su vida, acusado de un delito de homicidio.

Muñoz ha asegurado que desconocen la identidad del joven detenido ya que el fallecido daba clases también en CEAR a inmigrantes procedentes de otras instituciones.

La noticia ha caído "fatal" en CEAR, ya que ayer mismo estuvo dando sus clases de forma normal, según la coordinadora de este colectivo. Montero, a su juicio, era una persona íntegra, metódica, sociable y con empatía y, sobre todo, un gran compañero que nunca se ha buscado ningún tipo de problema.

Conocido por el sobrenombre de Manley, el fallecido ha sido director y profesor de Educación Plástica en el Colegio Trajano y ha realizado diversas exposiciones en Mérida, como la que acogió este mismo año el Centro Cultural Alcazaba.

En ella expuso óleos y acrílicos en los que retrataba rostros de personas de origen africano, algunos de ellos vecinos de Mérida, y por otro lado, una colección de paisajes y bodegones. A la puerta de su domicilio, una antigua casa de dos plantas, permanece la Policía Nacional a la espera de recibir una orden judicial para efectuar un registro.

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