Fundación Telefónica

Solidaridad desde las suelas

Los participantes en los grupos de Zapatillas Solidarias entrenan cada fin de semana.

Los participantes en los grupos de Zapatillas Solidarias entrenan cada fin de semana.

El deporte como forma de mejorar la vida de los más desfavorecidos. Zapatillas Solidarias comenzó como una pequeña iniciativa para la recogida de zapatos y material deportivo con el objetivo de entregarla a los más desfavorecidos. Pronto sus fundadores se dieron cuenta de que no bastaba con eso, sino que había que conseguir que utilizaran todo aquel material, y se propusieron hacerlo realidad.

Zapatillas Solidarias es una iniciativa que persigue mejorar, a través del deporte, la vida de colectivos desfavorecidos. Fundada por Javier Rosado, un empleado de Telefónica, está apoyada por la Fundación Telefónica, y trata de transmitir todos los valores positivos del deporte –en este caso del atletismo a través del ‘running’- a personas con situaciones personales complicadas. Así, se crean grupos de entrenamiento que se citan todos los fines de semana para correr y que cuentan con un entrenador y varios voluntarios.

Actualmente hay cuatro grupos ya creados: tres en Madrid y uno en Bogotá (Colombia), y el objetivo que se han marcado ahora es poner en marcha otros cuatro grupos más a lo largo de 2020. El primero de ellos será en Badajoz, precisamente la ciudad donde el fundador de esta iniciativa creció y en la que empezó su amor por el deporte, que ha comenzado su andadura este mismo mes de febrero. La experiencia demuestra que “con estas actividades conseguimos que estas personas empiecen a creer más en ellas mismas a medida que van progresando y alcanzando nuevas metas”, señala Rosado.

Además, se adquieren hábitos relacionados con la constancia y con el esfuerzo. Cada grupo se marca objetivos en forma de participación en diferentes carreras populares, y es en estos eventos es donde recogen los frutos de todo su esfuerzo.Javier Rosado apunta que el deporte aporta a los participantes grandes beneficios, tanto físicos como anímicos, ya que “encuentran en el deporte, y concretamente en las carreras, nuevas metas por las que luchar e ilusionarse”.

De forma paralela, continúa Rosado, “dejan de lado hábitos poco saludables, como el alcohol y el tabaco, son uno más en los eventos deportivos”, profundizando en al normalización, “empiezan a confiar más en ellos mismos y mejoran su autoestima, y entienden que el esfuerzo es el único camino para conseguir nuestros sueños”. “Todo ello favorece su desarrollo de cara a aumentar sus posibilidades de reinserción social”, concluye.