Huelva

Diego Capado celebra su última misa como párroco de La Concepción

  • Feligreses y hermandades le agradecen su servicio y dedicación. El sacerdote pide una buena acogida para el nuevo párroco, Carlos Javier. Despedida en el templo

Un momento de la misa celebrada en La Concepción.

Un momento de la misa celebrada en La Concepción. / Alberto Domínguez (Huelva)

Diego Capado celebra su última misa como párroco de La Concepción. El templo se llenó este domingo, Día del Cristo Resucitado, de gente para despedirle, después de dieciséis años al frente de esta iglesia de la capital onubense, en una eucaristía de encuentro, reconocimiento y gratitud por haber compartido con los presentes su tiempo y experiencia de vida, para agradecerle el servicio prestado como párroco y director espiritual. Todos ellos quisieron acompañarle en el término de su labor pastoral.

Entre los asistentes estaban feligreses, sacerdotes, hermandades, el alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, que estuvo acompañado de la primera teniente alcalde de Economía, Presidencia y Relaciones Institucionales, María Villadeamigo, y el exalcalde, Pedro Rodríguez, así como familiares del párroco, sus hermanas y hermanos, sobrinos y primos hermanos; amigos y religiosas.

Durante la eucaristía, en la que intervino el coro parroquial, Diego Capado pidió a la feligresía perdón "por las veces que les he fallado" y la instó a "ser fiel y servir a Dios y no a la riqueza, la auténtica riqueza es Jesús; el amor, la paz, la bondad, el bien, la entrega, el servicio y la solidaridad es la verdadera riqueza". Lamentó que "en el siglo XXI hay más manipulación del ser humano por el ser humano" e invitó a visibilizar "al pobre, al indigente, al necesitado y al que padece" y a "caminar con fidelidad y espíritu de servicio".

También solicitó una buena acogida para el nuevo párroco, Carlos Javier, de 48 años de edad, "que se sienta acogido como yo, le ayuden en su ministerio sacerdotal" y tuvo un recuerdo para las personas que durante sus dieciséis años como párroco de La Concepción "han partido al cielo". Diego Capado termina una etapa de su vida y comienza otra y todos coincidieron en que la segunda también será "fecundísima".

Eduardo García, coordinador de los grupos de Lectura Creyente de la Palabra de la parroquia fue el encargado de hablar en nombre de los feligreses y aseguró que "la buena profesión" de Diego Capado tiene "muchos testigos". Indicó que "ha corrido bien la carrera de la vida, la batalla de la fe y en el camino ha dejado una profunda huella en los fieles". Destacó su entrega a las hermandades, su dedicación a enfermos, su atención a Cáritas parroquial y su actividad formadora, tanto en clases como escritos y conferencias.  

García subrayó que han vivido acontecimientos con el párroco "que están grabados en nuestra mente y corazón". Entre ellos la llegada de la imagen de la Virgen de Fátima a Huelva, la coronación canónica de la Virgen de los Dolores, el inicio del proceso de la coronación canónica de la Virgen de la Amargura y sus bodas de oro como sacerdote, contribuyendo con todo ello a "la formación y mantenimiento de una parroquia viva".

También se quedan con "sus ¡Vivas! a la Virgen, sus famosas sevillanas, las risas de los niños repitiendo su peculiar saludo, una muestra más de su alegría, simpatía y sencillez, que nos hace sentir al Señor más cerca de nosotros. Don Diego se ha ganado el respeto y el cariño". Incidió en "su entrega al más necesitado, con él se ha gozado de la presencia del Señor, su recuerdo está ligado para siempre a la Parroquia de La Concepción, siempre le recordaremos con cariño", para finalizar con la frase "Algo se muere en el alma cuando un amigo se va", de la popular sevillana, interpretada al final de la misa por el coro parroquial.

Al acabar la misa Diego Capado quiso dar simbólicamente a la feligresía "un beso, un fuerte abrazo y apretón de manos, estaréis presente en mis oraciones, gracias por lo que me habéis dado".

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