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Huelva, tu destino

Este sendero de la Sierra de Huelva parece sacado de un cuento

Una ruta en un enclave privilegiado donde las cascadas y el bosque se dan la mano y se funden en especial sincronía para deleitar todos los sentidos del caminante. Descubre este sendero de Santa Ana la Real. La castaña, la protagonista de este valioso pueblo de Huelva. Ruta cofrade: una docena de templos que no te puedes perder en el Condado de Huelva. Esta casa rural de Huelva es una de las más bonitas y mejor decoradas de España.

Huelva, tu destino

Senderismo en Huelva: una de las rutas más bonitas de la provincia

A pesar de sus cortos 5 kilómetros de recorrido, esta ruta presenta importantes desniveles y cuestas que hacen necesario estar medianamente en forma. El momento culmen para realizar este sendero es en otoño, pero disfrutar de las impresionantes vistas del recorrido es posible en cualquier época del año.. Este sendero te lleva a uno de los parajes más impresionantes de la Sierra de Aracena: El Charco Malo de Cortelazor. Una cascada entre piedras que se queda grabada en la retina del caminante para los restos. Para comenzar la ruta, aparca en la entrada del pueblo (Cortelazor) y, tras subir la cuesta empedrada que hay justo a la derecha, sigue recto hacia la calle Olivo. Tras esto, continúa por la calle de la Fuente y, al llegar al final, encontrarás una hermosa casa adornada con flores moradas, gira entonces a la derecha. Una pequeña bajada y ya estarás de lleno en un barranquillo. El sendero comienza aquí y no tiene pérdida. Hay indicaciones sobre el Charco Malo prácticamente hasta que se llega (verás flechas de madera en vallas, e incluso, indicaciones en el propio arroyo con flechas azules pintadas en la piedra). Primero, subirás una cuesta de unos 300 metros que llegará a un fabuloso mirador de la Sierra de Aracena. Tras dejar el mirador, todo será bajada (y muy pronunciada, así que agárrate a donde puedas). Cuidado con los resbalones, no queremos que llegues abajo antes de tiempo. Tras el descenso, desembocarás en el arroyo del Charco Malo. Para alcanzar el punto final de la ruta, la cascada, tendrás que caminar entre piedras, raíces, hojas y, a veces, barro. Tendrás, incluso, que atravesar una roca de tamaño gigantesco para llegar. Así contado parece imposible, pero se puede. Ya estarás pudiendo disfrutar del silencio del agua cayendo por las pétreas paredes hacia el profundo charco y posterior arroyo. Quédate el tiempo que quieras y disfruta. La vuelta es, simplemente, desandando lo andado, aunque también puedes hacerla circular tomando el primer camino que se ve a la derecha al volver de la cascada. Si prefieres tener una guía del sendero, usa este enlace, aunque puede que te falle la cobertura. La piscina natural de Huelva que es un auténtico paraíso. El misterioso palacete abandonado de Ayamonte, en venta por 2 millones de euros.