TV-Comunicación

La cadena ITV usó escenas de un videojuego bélico haciendo creer que éstas eran reales

  • Las imágenes, tomadas de internet, simulaban un ataque del IRA al ejército británico en 1988

Algo más que una metedura de pata es lo que ha cometido la cadena ITV, que ha sido denunciada por el regulador británico de telecomunicaciones Ofcom por emitir como reales las escenas de un videojuego bélico, haciendo creer a los espectadores que se trataba de un ataque cometido en 1988 por el Ejército Republicano Irlandés (IRA) contra las fuerzas del Reino Unido .

La cadena británica ofreció las citadas escenas el pasado mes de septiembre en el documental titulado Revelación: Gadafi y el IRA. En éste, hacía referencia al intentó del IRA de derribar un helicóptero del Ejército Británico en 1988, si bien las escenas que ilustraban el hecho no eran las verdaderas sino las del videojuego Arma 2.

Fueron los espectadores quienes denunciaron los hechos y, tras el informe de Ofcom, la cadena ha terminado reconociendo su error. Ahora explica que que las escenas fueron tomadas de internet y que, tanto el productor como el director del documental creyeron que "eran parte de la versión original del citado ataque del IRA contra el helicóptero, emitida en 1989 en el programa The Cook report".

Hay que destacar, no obstante, que ésta no es la única pifia del reportaje puesto que, para ilustrar los disturbios ocurridos en julio de 2011 en el barrio católico de Arodyne, se utilizaron unas imágenes mucho más antiguas. El modelo de los vehículos policiales que aparecían en aquellas escenas fue lo que puso de manifiesto a los espectadores de que se trataba de otro error.

La cadena ha pedido perdón por ambos fallos y ha dejado claro que "en ningún momento trató de engañar a los espectadores". Así, argumenta que el uso de las escenas del videojuego fue un "error humano" porque a nadie se les ocurrió "llevar a cabo una comparación cruzada entre las imágenes de internet y las del informe Cook", mientras que del segundo afirma que fue un "problema de comunicación" entre el productor y el proveedor del material, un historiador al que hasta entonces consideraban como una "fuente fiable".

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