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FÁTIMA DÍAZ

Samanta... ¿Y qué?

El nuevo programa de Samanta Villar en Cuatro repite la fórmula que la llevó al éxito con '21 días'

Era cuestión de días. Samanta Villar ha vuelto a Cuatro con un formato sospechosamente similar a anteriores. Tras ser madre -y muy criticada por contar en su libro y en unas cuantas entrevistas cuatro verdades que para algunos, al parecer, resultan incómodas-, Samanta sigue haciendo alarde de buena periodista, que lo es; curiosa, inquieta, vivaz, polémica, sabe sacar punta a los temas, no hay duda. Pero el lápiz de la maternidad es que ya casi no pinta.

Lo de reinventarse -de momento-, no va con Samanta Villar, que empezó a llevar la cámara a cuestas en 21 días, luego en Conexión Samanta, y ahora se llama Samanta y... ¿Y qué? Y más de lo mismo. Ser buena profesional no quita que el espectador se canse de su constante egocentrismo. Si algo interesa, mejor no explotarlo hasta la saciedad, porque lo poco gusta, pero lo mucho, cansa. Alguien debería decírselo a Samanta, que ha de huir del encasillamiento ¡ya! De lo contrario, su sello de reporterismo de investigación se quedará trasnochado. En comunicación y televisión, todo llega, y todo pasa.

Samanta y...no deja de ser una continuación de las anteriores marcas de la periodista, donde continúa intentando replicar hasta la extenuación la fórmula que la llevó al éxito, sin conseguir encontrar la vuelta de tuerca adecuada que le devuelva sus momentos de máximo esplendor. A medio camino entre el docureality show y los testimonios, y eso sí un tono más reivindicativo y personal que sus anteriores propuestas, esta vez acompaña las historias anónimas con declaraciones de personajes famosos hablando sobre temas de hoy y de siempre, como la maternidad -¿sí, Samanta? no lo esperábamos-, la felicidad, el sexo.

Desgraciadamente, lo que podría haber sido un buen programa de periodismo de investigación interesante y audaz, llega tarde para que la periodista logre desquitarse las devastadoras críticas que recibió tras sus desafortunados y sinceros comentarios sobre su maternidad, pese a que para el público en general Samanta ya quedará por siempre ligada a estos comentarios. Tarde para ofrecer novedad a los manidos testimonios sobre paternidad de famosos en el ojo público que, como la propia Samanta, han querido sumarse al espacio para decirle al mundo que no les importa en absoluto lo que piensen los demás. Como muestra, el estilista Erik Putzbach aseguraba el último miércoles que es el dinero el que da la felicidad, al menos a él. Y tarde para ser capaz de venderse como un producto fresco cuando se trata de un plato precocinado que lleva más de un año aguardando para ser recalentado a golpe de microondas.

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