TV-Comunicación

"La animación española está entre las diez mejores del mundo"

  • Disney Channel estrena los dibujos animados de esta creadora vasca, una serie que llegará a 150 países.

El canal infantil Disney Channel estrena este lunes Lucky Fred una serie de animación que lleva el sello de la creativa vasca Myriam Ballesteros y que paseará por los rincones de medio mundo los decorados de Barcelona. Fred, el protagonista, es un chico de 13 años al que se le aparece un robot del futuro que tiene capacidad para hacer realidad sus sueños, aunque con una dificultad añadida: está estropeado. No es el primer proyecto de Ballesteros que triunfa en la pequeña pantalla, ya que este jovenzuelo tiene como hermanos mayores otros dibujos de éxito como Sandra, detective de cuentos o Lola & Virginia, si bien en esta ocasión el proyecto llega avalado por un amplio reguero de premios internacionales y unos derechos de emisión adquiridos en más de 150 países.

-¿En qué se inspiró para crear un personaje como Fred?

- Lucky Fred es el fruto de muchas horas de trabajo y de largas reuniones con Txema Ocio. Entre los dos fuimos barajando distintas ideas y descartando otras, según las necesidades del mercado, hasta que dimos con este proyecto.

-¿En su proceso creativo o en su contenido han tenido algo que decir los más pequeños?

-Ellos son nuestro público e intentamos estar al día sobre sus gustos, pero no colaboran. Éste es un proceso industrial que exige un conocimiento elevado y, por tanto, ellos no tendrían cabida. Aunque sí aportaron su opinión en el muestreo que se llevó a cabo en Estados Unidos con el episodio piloto. Después de verlo, dieron su opinión y, en base a sus gustos, se hicieron pequeñas modificaciones al proyecto original.

-¿Qué supone que un canal como Disney Channel haya apostado por su producto?

-Es una satisfacción y a la vez un reto para la productora, Imira Entertainment, y para el equipo creativo porque queremos hacerlo lo mejor posible. Al mismo tiempo es una garantía y un respaldo para seguir trabajando en nuevos proyectos.

-En su equipo de guionistas están nombres consagrados del mundo de la animación. ¿Cómo se consigue algo así?

-Es cierto. No sólo del mundo de la animación sino también de la comedia. Fue Disney quien nos propuso algunos nombres y nosotros seleccionamos los que considerábamos mejores para este proyecto.

-¿En cuánto tiempo se pone en pie un proyecto de esta envergadura?

-Desde que surge la idea hasta que se consigue financiación para ponerla en marcha suelen pasar dos años de trabajo intenso. En este tiempo hay que dar forma al universo en el que se mueve la historia y sus protagonistas; definir las claves del proyecto; crear la psinopsis de cada episodio y, con todo, dar forma a un capítulo con el que poder presentar tu trabajo en el mercado y buscar financiación. En nuestro caso, en esta fase fue cuando entró Disney. A partir de entonces, uno de los productores del canal Disney reescribió la idea original y, por ejemplo, nos asesoró que cambiáramos a uno de los chicos protagonistas por una chica, por lo que tuvimos que volver a rehacer gran parte del trabajo que habíamos realizado. Una vez que se consigue la financiación, suelen pasar otros dos años de trabajo muy duro en el que se diseñan a conciencia no sólo los guiones y la animación, sino también la música, las voces de los personajes... Un trabajo en el que suelen participar entre 200 y 250 personas. Ahora, por ejemplo, llevamos más de un año y medio trabajando en otro proyecto del que todavía no tenemos siquiera el episodio piloto.

-¿Y qué tienen en común Fred con sus hermanas Virginia y Lola o Sandra detective de cuentos?

-Las historias y conflictos de cada uno no tienen nada que ver, pero sí es cierto que todos tienen en común el mismo look colorista y alegre, que suele ser uno de los rasgos que nos caracterizan.

-Los decorados de la serie se inspiran en la ciudad de Barcelona. ¿Se puede entender como un guiño patriótico o como una forma de decirle al mundo que la animación española tiene todavía mucho camino por recorrer?

-Barcelona vende bien fuera, por eso hemos querido lucirla y la hemos aprovechado a modo de escenario, porque las historias de nuestro personaje pueden enmarcarse en cualquier sitio del mundo. Lo importante es que los niños se enganchen con las historias y se vean reflejados en ellas, no creo siquiera que se fijen en los decorados. Pero sí es cierto que la animación española tiene un gran potencial. Estamos entre las diez primeras potencias del mundo y, en Europa, somos los terceros. Somos muchos los que intentamos abrirnos camino en nivel internacional, pero no es fácil. Hay mucha gente joven con buenas ideas y mucho talento, pero necesitan financiación para levantar sus proyectos.

-De todos los premios que han conseguido hasta el momento, ¿Qué papel ocupa el de Chicago, en el que el jurado está compuesto por niños?

-Es esperanzador. Confiamos en que se produzca lo mismo a partir del lunes, cuando la serie empiece a emitirse.

-El hecho de que los derechos de su serie hayan sido adquiridos por 150 países ¿Le da confianza para lanzarse con otros proyectos o, por el contrario, le garantiza la creación de nuevas temporadas para este mismo personaje?

-Siempre que finalizamos un proyecto estamos pensando en uno nuevo; no podemos quedarnos de brazos cruzados. Pero para nosotros sería mucho mejor seguir trabajando en el que ha tenido éxito entre los niños, porque ya tienes hecho lo más difícil. En ese caso, se trataría de depurar y quedarse sólo con lo mejor de cada personaje y de cada episodio, que es lo que suele suceder con grandes series de animación, como Los Simpson o Bob Esponja, por ejemplo. Todos han tenido una evolución positiva desde que llegaron a la televisión.

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