montse alcoverro. doña úrsula, 'acacias, 38'

"Hay un gran duelo de 'titanas' entre Cayetana y yo"

  • 'La Urraca' de la serie de La 1 ha vuelto con sed de venganza La actriz alaba el giro de guión "espectacular"

Montse Alcoverro es una actriz de raza, de las que llenan la escena apenas aparece. Después de más de treinta años de carrera profesional puede decir que ha trabajado en medio mundo. Gracias a una serie diaria, El cor de la ciutat (El corazón de la ciudad, de TV3), montó su propia productora y también tiene una compañía de teatro, Arenal Teatre, con la que lleva a las tablas historias de denuncia y compromiso social. "Feminista y sindicalista", como ella misma se define, además de intérprete es una mujer comprometida con su profesión.

-Doña Úrsula, su personaje, ha vuelto a Acacias. ¿Se había planeado este regreso o se ha dado así sobre la marcha?

-No, no, todo estaba planeado: la supuesta muerte de doña Úrsula y su reaparición. En este tiempo he estado planeando mi venganza, que sirvo ahora en plato bien frío. Todo ha sido idea de los guionistas, una estrategia... la verdad es que han hecho un trabajo espectacular.

-Un giro importante en la trama, que desde ya se centra en su personaje y en Cayetana, a ver quién es más mala...

-Uuuf, La Urraca es una mala malísima, piense que ha enseñado a Cayetana todo lo que sabe. Es Maquiavelo hecho mujer, una mujer muy inteligente, fría y sibilina, y a partir de ahora pondrá todo su conocimiento y todo su ser en su propósito de vengarse de Cayetana, otro personaje de la serie fantástico. Inculpará a los demás de fechorías y dará mil vueltas con tal de salirse con la suya. Síi, hay un gran duelo de titanas entre Cayetana y yo.

-Usted ha hecho teatro, cine, muchas series de televisión. ¿Le apetecía volver a tener un personaje importante en una serie diaria como ésta, después de por ejemplo 'El corazón de la ciudad'?

-Sí, Acacias, 38 arrancó en mayo de 2015 y en enero llegué yo. El papel de Úrsula es un regalo como actriz. La ventaja que te ofrece un culebrón o serie diaria es el desarrollo del personaje a largo plazo. En una semanal, el planteamiento es diferente, es más específico. Y siempre hacer un personaje de enjundia es un placer, por supuesto.

-Una serie diaria también supone mucho trabajo, rodajes más precipitados. ¿No le asustaba que el producto no resultara bueno?

-Claro que tenemos mucho trabajo; yo, por mi parte, los fines de semana me aprendo los guiones de lunes a viernes y estamos desde las seis de la mañana hasta la tarde rodando. El viernes me vuelvo en AVE desde Madrid a Barcelona, que es donde vivo. Que esté detrás la productora Boomerang es una garantía también. La realidad es que yo tengo 57 años y que hoy en día es muy difícil encontrar personajes femeninos de mi edad, ya sea en televisión y en cine mucho menos. Y que sean personajes femeninos con presencia, con suelo, no 'la mujer de tal' o 'la hija de cual', más complicado todavía.

-'Acacias, 38' tiene el aliciente también de ser una producción histórica.

-Sí, que las tramas se desarrollen en un contexto histórico, en este caso a principios de siglo, a mí me encanta. Además, Acacias no banaliza con lo que cuenta, se nutre mucho del contexto social, recordando a los espectadores acontecimientos reales que tuvieron lugar en aquella época. El equipo artístico hace un trabajo formidable de ambientación, lo cuidan todo mucho. La productora también; hasta hay una persona encargada de supervisar el vocabulario de la época, porque evidentemente no se puede hablar igual que ahora, pero tampoco que nadie nos entienda.

-Están en la cadena pública estatal, ha de notarse.

-Sí, pero con los tiempos que corren de precariedad en nuestra profesión... Es evidente que si tuviéramos más tiempo se haría mejor producto, pero hacemos una La que se avecina diaria y a principios de siglo. No se puede pedir más.

-Usted también es productora y empresaria teatral. ¿Cuesta mucho sacar proyectos propios adelante?

-Ya lo creo. Las condiciones de trabajo de los actores españoles son cada vez más duras y difíciles. He estado muchos años en la Asociación de Actores y Directores de Cataluña, donde nos dejamos la vida por negociar convenios y mejorar la situación. La dignidad de cualquier trabajador es que pueda ganarse el pan con su actividad.

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