Toros

"Espero debutar en Madrid y volver a la Maestranza y a La México"

  • El torero espartinero, quien será apoderado por Pepe Amilburu en 2011, aspira a sumar "unas 25 novilladas, entrando en plazas de máxima categoría"

El novillero espartinero Javier Jiménez acabó la temporada como una de las revelaciones del escalafón inferior. Tras su debut el pasado 3 de abril en la localidad mexicana de Ciudad Lerdo, cortó un valioso trofeo en la Monumental de México, donde estuvo a punto de abrir la Puerta Grande, un éxito importante por la categoría de la plaza azteca. En su campaña española, corta pero muy intensa, llegó a debutar con buen pie en la Maestranza y también sumó triunfos en otras plazas. Todo ello le ha servido para comenzar 2011 estrenando apoderamiento, de la mano del taurino Pepe Amilburu.

El torero, que se prepara intensamente estos días, en los que ha dejado a un lado los polvorones y los turrones "por la preparación en el campo", ya ha sumado "cuatro tentaderos" en varias ganaderías asentadas en tierras navarras y riojanas. "Me he encontrado muy bien y me han sorprendido gratamente ganaderías como la de Santafé Martón. Ahora continuaré toreando por aquí abajo"; explica el novillero.

Javier Jiménez ha apostado por Amilburu "porque es una persona que está muy bien relacionada, gestiona varias plazas en el Norte y me transmite confianza y cercanía. Se volcará totalmente conmigo y eso es necesario en este segundo año como novillero". El espada, tras su paso por la Escuela de Espartinas, gracias a la que toreó medio centenar de novilladas sin picadores, afirma que "las cosas cambian y sin el apoyo de una escuela taurina se complican mucho. Por eso, se necesita el respaldo de un profesional. El año pasado me ayudó Rodríguez de Moya, al que le agradezco su apoyo. Fue una temporada en la que me di a conocer. Resultó reducida en número de festejos, pero intensa y provechosa, porque di el paso adelante, lo que ha servido para que me repitan este año en esas plazas".

Además de las dos novilladas en México, actuó en otros siete festejos en España (Cella, Utrillas, Sevilla, Guadarrama, Laguna del Duero, Cadalso de los Vidrios y Palavás). Dentro de estas actuaciones señala como "fundamental" la de Sevilla, "porque sin cortar orejas di una vuelta al ruedo. Fue una novillada cómoda, pero a la que le faltaron fuerzas. En Guadarrama disfruté en una faena a un novillo de La Quinta. Y en Palavás, donde sufrí una cornada, la segunda de mi carrera, también me valió para llamar la atención en Francia".

Como regalo de Reyes le gustaría "torear 40 novilladas este año, pero me conformo con 25. Esa sería una cifra muy buena. Lo importante es torear en plazas de máxima categoría. Espero debutar en Madrid, una plaza muy exigente para la que creo que ya estoy preparado, y volver a la Maestranza y a La México".

En su carrera, que acomete sin precipitaciones, encuentra que la alternativa "está todavía lejos. No tengo prisa. Quiero tomarla con fuerza y para ello será decisivo este año, que espero sea el de mi consolidación". Un reto que afronta "con el toreo que siempre me ha definido, un toreo poderoso, de mano baja. Yo soy un torero que si hay que tirar p'alante, a base de valor, lo hago".

En plenas fiestas, el novillero no ceja en el entrenamiento y durante estos días continúa acudiendo a la plaza de Espartinas, donde torea de salón, con la supervisión de Espartaco padre, quien le formó en la escuela taurina y al que el joven novillero tiene como santo y seña no sólo por los conocimientos que le transmite, sino "por la caña que me da. Es una persona que me ha enseñado mucho y me ha inculcado la dureza y el sacrificio que exige mi profesión".

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