Toros

Gran triunfo de El Payo en la primera corrida de la México

  • El mexicano corta dos orejas; Zotoluco, una; y Enrique Ponce es ovacionado · Excelente ambiente en la Monumental, con más de 40.000 espectadores

GANADERÍA: Toros de San José, de pobre trapío y distinto juego. TOREROS: Eulalio López 'Zotoluco', ovación, silencio y oreja en el que regaló. Enrique Ponce, saludos y palmas tras aviso. Octavio García 'El Payo', silencio, silencio y dos orejas en el que regaló. Incidencias: Plaza Monumental de México. Unos cuarenta mil espectadores.

Octavio García El Payo protagonizó un emotivo triunfo en la primera de la Temporada Grande de la México, donde se jugó literalmente la vida frente a un bravo ejemplar que lo volteó feamente, obligando a pasar a la enfermería, de la que salió para terminar con su labor y cortar dos orejas. Fue bravo ese sobrero regalado por El Payo en octavo turno. El torero de Querétaro salió a por todas y se la jugó, exponiendo en todo momento ante un ejemplar que no lo puso fácil en ningún momento. En plena faena sufrió una fortísima voltereta, que obligó a visitar la enfermería. Tras unos minutos de incertidumbre, volvió a la cara del toro para jugarse la vida limpiamente, con el ejemplar ya orientado pero con temperamento, ante el que expuso los muslos, pisó sus terrenos y consiguió matar de una estocada fulminante. Mientras arrastraban al toro, el torero mexicano tuvo que sentarse en un estribo al tener problemas para respirar, por lo que tras recibir las dos orejas pasó por su propio pie a la enfermería.

El Payo sorteó al toro de menos opciones, un ejemplar sin raza, que se paró y no ofreció posibilidades de lucimiento al de Querétaro, que puso variedad y ganas con el capote, inició su labor con cambiados por la espalda antes de ver cómo el toro se rajaba. El sexto no tuvo raza ni fuerza, provocando el enfado del público y dejando sin opciones a El Payo.

Eulalio López Zotoluco cortó una oreja a un sobrero de regalo. El toro tuvo transmisión, raza y bravo fondo desde su inicio, repitiendo a gran velocidad y con transmisión. Zotoluco lo cuajó en series de mano baja, trazo largo y planta firme, que remató después con una estocada hasta las cintas que le valió para pasear un trofeo. Antes realizó una faena que fue a más y se basó en su oficio, no tuvo el mismo nivel al natural y el toro, al final, terminó desentendiéndose. Remató con una estocada caída y tuvo que descabellar. El cuarto fue otro ejemplar deslucido y sin apenas opciones, lo que puso a la gente a la contra en la faena del mexicano, que sólo pudo dejar oficio.

Enrique Ponce hizo vibrar con una gran faena, de largo metraje y mucho oficio, con un ejemplar que no se empleó en los primeros tercios pero en cuyas manos creció poco a poco en base a los toques, la seguridad y el oficio. El ejemplar de San José, terciado y manso, pero noble y manejable, que no quiso embestir de inicio pero con el que terminó poniendo la plaza en pie en las poncinas y remates finales, de mucha inspiración. Sin embargo, el valenciano pinchó al primer intento, por lo que perdió la oportunidad de tocar pelo.

El quinto fue un sobrero sin demasiada raza con el que Ponce volvió a protagonizar una faena de mucha paciencia y tiempos para ayudar al terciado ejemplar de San José a embestir. El público esperó a que rompiese la faena del valenciano, que escuchó un aviso.

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