Toros

Insulso mano a mano sin trofeos

  • Manuel Jesús 'El Cid' y Daniel Luque se enfrentan en un duelo sin tensión en cuanto a rivalidad · La corrida de Alcurrucén, desigualmente presentada, fue decisiva en el resultado por su mal juego

GANADERÍA: Corrida de Alcurrucén, desigualmente presentada -el sexto fue protestado por demasiado chico- y con el denominador común de la mansedumbre. TOREROS: Manuel Jesús 'El Cid', de lila y oro. Casi entera trasera y caída (saludos). En el tercero, estocada casi entera tendida y dos descabellos (saludos). En el quinto, pinchazo y estocada (silencio). Daniel Luque, de corinto y oro. Estocada y un descabello (silencio). En el cuarto, casi entera caída (silencio). En el sexto, casi entera desprendida (saludos tras aviso). Incidencias: Real Maestranza de Sevilla. Sábado 25 de septiembre. Tres cuartos de entrada en tarde de agradable temperatura. Ligero viento que molestó en la lidia en la primera parte de la corrida. Intervino como sobresaliente Antonio Fernández Pineda, de rosa y oro. Rafael Perea Boni destacó en la brega del tercero.

Por la ausencia de Miguel Ángel Perera, convaleciente tras la operación de una vértebra por percance, el cartel de ayer lo dejó la empresa Pagés en un mano a mano entre El Cid y Daniel Luque, que resultó un enfrentamiento de guante blanco, con nula tensión en cuanto a rivalidad. Ambos diestros se enfrentaron a una corrida de Alcurrucén, desigualmente presentada, que decepcionó en cuanto a su juego, con una gran dosis de mansedumbre. Con el añadido de un vientecillo molesto en la primera parte de la corrida para el desarrollo de la lidia, el resultado acabó siendo más bien pobre en lo artístico y se saldó sin trofeos.

¿Ha recuperado El Cid el sitio que perdió en primavera en esta misma plaza?... Hubo momentos en que apuntó esa recuperación de la que hablan algunos, pero le faltó redondear. Ante su primero, un animal manejable por el pitón izquierdo y mironcete por el derecho, voló con buen aire el capote a la verónica. En los medios brilló en dos series al natural y se arrancó la banda de música. Ahí quedó todo, porque el tono bajó por el otro pitón.

El mansísimo tercero tuvo como virtud la humillación en la muleta, tras una excelente brega de El Boni, que recibió una ovación de órdago, cuando lo recogió de salida, ante la mirada de El Cid. El saltereño, que apostó fuerte ante el brio del burel, destacó con la diestra, en otra faena amenizada por un pasodoble y que descendió al natural. Trincherillas con mucho sabor en el epílogo y varios muletazos de pecho profundos, aderezaron una labor que caló por momentos en el público, quien alentó al sevillano.

Con el incierto quinto, tras un comienzo prometedor de faena en una tanda ligada con la diestra, la labor de El Cid perdió relieve.

La voluntad de Daniel Luque, más entonado que su compañero, no fue suficiente para triunfar. Ante el segundo, que se desentendía de la muleta, impactó con un inicio de faena en una loseta, ligando muletazos con la diestra. Luego, con el toro totalmente rajado, robó muletazos con habilidad. Durante el trasteo esbozó algunas trincherillas y pases del desprecio meritorios.

Ante el complicado cuarto, imposible para el lucimiento, el diestro de Gerena hizo un esfuerzo lidiador notable. Con este toro cosechó una ovación el sobresaliente, Antonio Fernández Pineda, en un quite por chicuelinas de excelente corte.

Con el público enfadado por el transcurso del aburrido espectáculo, las protestas arreciaron ante el corniveleto sexto, un animal muy chico. El presidente lo mantuvo entre protestas airadas. De uno de los tendidos de sol salió un grito sorprendente: "¡Presidente, Zapatero!", que algunos espectadores acompañaron con risas. Luque, porfión, brilló en algún cambio de mano que le sirvió como recurso para ligar. Consiguió cuajar una serie con la diestra y robar algunos naturales de calidad; uno de ellos ligado a un pase de pecho interminable. Como interminable resultó, por insulso, este mano a mano sin tensión en cuanto a rivalidad, marcado por una corrida mansa y deslucida de Alcurrucén.

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