Pamplona | Séptima corrida de toros de los Sanfermines

Interesante debut de La Palmosilla

  • La ganadería gaditana se estrena en Pamplona con tres toros ovacionados

  • Luis David, único trofeo

  • Garrido, que no aprovecha un gran lote y Marín, todavía verde, de vacío

Luis David, con el único trofeo conseguido en la tarde de ayer.

Luis David, con el único trofeo conseguido en la tarde de ayer. / Javier Lizón / Efe

Con otro lleno, cánticos y gran merienda se desarrolló la penúltima de los Sanfemines en la que con una interesante corrida de La Palmosilla, que debutó en Pamplona, Luis David –que sustituía a Román– cortó la única oreja y sus compañeros José Garrido, con el mejor lote del encierro, de Puerta Grande, y Javier Marín, con el peor, se marcharon de vacío.

José Garrido, ante el primer toro, astifino, lanceó bien a la verónica, abrochando con una media de rodillas. El pacense tuvo que sudar la gota gorda ante el encastado animal, muy exigente, que embistió con prontitud, movilidad y recorrido. Faltó reposo y limpieza en una labor que cerró con rodillazos y otros alardes, como molinetes encadenados, dedicados al sol. El toro fue ovacionado y hubo silencio –si es que en la plaza de Pamplona se hizo en alguna ocasión el silencio– para el torero.

Con el cuarto, corniabierto, Garrido ganó terreno a la verónica, abrochando con una media preciosa. La faena, con un toro que humillaba tras la franela, no caló en los tendidos. Tras un buen comienzo con la diestra volvió a buscar las palmas del mocerío echando rodillas en tierra y cerrando con unas manoletinas. Fueron ovacionados toro y torero.

Luis David, variado con el capote y con repertorio amplio en la muleta ante su lote, recibió al segundo, un castaño claro con dos largas cambiadas de rodillas en rayas. Javier Marín quitó por saltilleras y el mexicano, que respondió con lopecinas, prendió banderillas con facilidad y desacierto y realizó una faena pundonorosa, que comenzó en los medios a pies juntos con la diestra, alternando dos pases por la espalda y buscando siempre las palmas del mocerío ante un ejemplar con prontitud y movilidad que acabó buscando tablas. Mató al primer envite de estocada al encuentro para cobrar una oreja.

Con el quinto, otro toro exigente marcado por su movilidad, Luis David anduvo con disposición, saludando al astado con una larga de rodillas y quitando por navarras. Se entregó en una labor muleteril que comenzó por estatuarios.

Javier Marín, torero navarro, apenas ha sumado media decena de corridas como matador. Su primero se partió un pitón al rematar en tablas y fue devuelto. En su lugar saltó un sobrero del mismo hierro, basto, con ¡625 kilos!, de mala condición ante el que Marín, muy verde para un compromiso tan fuerte, anduvo voluntarioso y falló con los aceros.

Javier Marín pasó las de Caín ante el complicado sexto, muy corniabierto, que se fue orientado hasta tapar la salida al torero en la suerte suprema. El navarro, que para suplir su falta de técnica se entregó de manera temeraria, fue cogido sin consecuencias en una fase del trasteo, afortunadamente sin consecuencias. Dio un mitin con la espada, pero afortunadamente salió vivo –estuvo a punto de sufrir un pitonazo–;aunque algunos desalmados le arrojaron latas de bebidas.

Interesante debut de La Palmosilla en Pamplona, cuyos toros también habían propiciado el encierro más rápido hasta el momento en un festejo que se saldó únicamente con un trofeo conseguido por Luis David.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios