Toros

Juan José Padilla y Morante protagonizan la jornada en los ruedos de México

  • El jerezano corta una oreja en el Nuevo Progreso de Guadalajara mientras que el de La Puebla sale de vacío de la Plaza México

Padilla y Morante fueron los protagonistas de la jornada taurina dominical del domingo en ruedos mexicanos.

El mexicano Alfredo Ríos "El Conde" y el jerezano Juan José Padilla cortaron una oreja cada uno el domingo en Guadalajara, capital del estado de Jalisco.

Un cuarto de entrada con toros de El Junco, uno de regalo, pues en la lidia ordinaria en quinto lugar se lidió un toro de De Santiago. En general, sólo cumplieron.

El Conde, en el primero escuchó palmas; en el cuarto, silencio, y regaló un séptimo con el que cortó oreja. Padilla, con el segundo muy bien y torero para matar de estocada y obtener un trofeo. Con el quinto, muy dispuesto, fue ovacionado. Spínola, sin la suerte de sus compañeros, silencio en ambos.

El mexicano Eulalio López "Zotoluco" cortó una oreja, su compatriota Diego Silveti se quedó sin trofeos por fallos con la espada y el sevillano Morante se fue también de vacío en la segunda corrida de la temporada en la Monumental Plaza México.

Con un poco mas de media entrada se lidiaron seis toros juntos de presencia y de raza de Julián Hamdan, algunos con nobleza y dos de Celia Barbabosa, que sustituyeron a los toros tercero y cuarto que fueron protestados por su poco trapío.

Zotoluco que anda en el mejor momento de su carrera, con el primero en maestro, cuajó una templada, medida, precisa y bien estructurada faena, dándole espacio y tiempo. Lo mató de magnífica estocada y recibió una oreja con petición de otra. En el sustituto de Barbabosa se esforzó ante un toro sin clase ni estilo y mató de cuatro intentos. Silencio.

Morante estuvo bien con el capote en su primero, pero el toro vino a menos y su faena no alcanzó alturas. Lo mató de cuatro intentos. Silencio. En el quinto hizo una faena con altibajos, alternando lo bueno, lo regular y lo malo. Dos pinchazos feos en su intento de matar a recibir y dos intentos más. Un aviso y silencio.

Silveti, con el primer sustituto de Barbabosa, sin clase y torpón, estuvo muy por encima. Mató pronto, silencio. Con el sexto salió a por todas. Bien con el capote. Con la muleta se dio un arrimón tremendo que se dejó sentir y mostró que tiene deseos de ser figura. Lució firme y muy en sitio. No estuvo fino con el acero, perdiendo las orejas. Ovación.

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