Toros

El Juli corta cuatro orejas en Barcelona

  • Morante de la Puebla y Finito de Córdoba, de vacío

GANADERÍA: Cinco toros de Domingo Hernández y uno, como segundo bis, de Garcigrande, correctos de presentación y de juego variado. TOREROS: Juan Serrano 'Finito de Córdoba', leves pitos tras aviso y saludos tras dos avisos; José Antonio 'Morante de la Puebla', división de opiniones y saludos tras aviso. Julián López 'El Juli', dos orejas y dos orejas.. Incidencias: Plaza Monumental de Barcelona. Menos de media entrada.

Cerca de 10.000 personas se dieron cita ayer en la Monumental de Barcelona en el primer cartel fuerte de figuras de la temporada, después de que a lo largo de todo el día cayese un fuerte chaparrón que se paró a falta de unas horas de dar comienzo la corrida. Y todos quedaron convencidos y rendidos ante El Juli, que cuajó dos faenas de sobresaliente que le sirvieron para cortar cuatro orejas y salir en hombros por la Monumental.

El madrileño ya avisó de sus intenciones con el capote, con unas verónicas cadenciosas, cargando la suerte a un toro de Domingo Hernández. Tras un puyazo y una entrada en el caballo, El Juli se fue rápidamente a los medios de la plaza para comenzar a torear en redondo en varias series con los pies atornillados en el suelo, muy asentado.

Pero lo mejor llegó al natural, en otras dos tandas largas, templadas y profundas. Faena muy bien medida en tiempo y distancia, que culminó con estatuarios, un farol y pase del desprecio y en la que se impuso a un toro que, en sus manos, pareció mejor de lo que era. Mató de un gran espadazo y cortó dos orejas de ley.

No contento, volvió a dar otra lección en el sexto, un toro que se dejó dentro de su sosería. Una vez más lo fue metiendo en el canasto, de menos a más, en una faena solvente, segura y templada, con tandas por los dos pitones muy convincentes. Una vez más, manejó con éxito los aceros y las dos orejas fueron a parar a sus manos.

Además de su actuación destacó un buen toro de Domingo Hernández, lidiado en primer lugar, que se fue con las orejas puestas una vez que Finito de Córdoba no lo terminó de aprovechar. Anduvo decoroso el diestro, pero sin terminar de coger el aire al noble ejemplar de la divisa salmantina. Mucha mejor imagen dio en el cuarto, cuando, al comienzo de faena, varios espectadores le increparon por su actuación en el primer toro. Ahí se arrebató el cordobés, que se fue a la cara del toro y a base de raza se impuso a un ejemplar tardo y de molesta embestida.

Lo que podría haber sido un triunfo, quedó empañado por los continuos pinchazos que a punto estuvieron de jugarle una mala pasada, cuando el toro cayó a falta de unos segundos para escuchar el tercer aviso.

Diferente fue el segundo, que sustituyó a un toro titular que incomprensiblemente fue devuelto por manso. Fue ese un garcigrande que desparramaba la vista y nunca humilló, con el que Morante quedó inédito. Al quinto lo toreó de manera excepcional a la verónica así como un quite por chicuelinas. Con la muleta, exigió mucho al toro, que acabó parado.

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