El Juli cortó ayer una oreja y se vio obligado a dar dos vueltas al ruedo después de una gran faena que consiguió entregar a la plaza de Acho. Un triunfo de El Juli estuvo rodeado por una nueva polémica presidencial al denegarle la segunda oreja y la vuelta al ruedo del segundo toro de Roberto Puga. El animal, manso aunque de gran nobleza, sirvió al torero madrileño para firmar una faena que se vivió con gran vibración y emoción.

El Juli, a base de firmeza de planta, quietud y precisión en los toques y los tiempos, se explayó en una labor con tandas por el lado derecho ligadas y muy tapadas, con mando y dominio. Dejó una estocada trasera y, a partir de ese momento, el presidente se convirtió en el protagonista del espectáculo.

El sexto fue otro toro noble al que El Juli enjaretó un quite por lopecinas jaleadas por el público. Con la gente en el bolsillo firmó otra labor de nivel, con momentos de toreo bajo y profundo, pero la espada se interpuso entre el madrileño y la puerta grande.

El primero de la tarde fue un animal noble aunque justo de fuerzas con el que Enrique Ponce tuvo paciencia y diseñó un trasteo con el objetivo de asentarlo. Dejó una estocada entera, aunque trasera y tendida, el toro tardó en caer y el premio se quedó en un trofeo.

Al quinto se le cambió sin razón aparente y apareció un astado de San Esteban de Ovejas que no terminó de romper y arrolló al banderillero Raúl Mendiola en el tercio de banderillas. Ponce fue paciente e intentó meter al animal en el canasto, pero no terminó de responder.

Sebastián Castella se enfrentó en tercer lugar a un toro manejable aunque algo descompuesto. El francés tiró del animal en una labor con altibajos. El séptimo fue noble y el francés se sintió cómodo cerca de los pitones, asentado, pero la espada no funcionó esta vez.

Cayetano firmó una actuación fria. No hubo conjunción con un toro noble , que hizo cuarto, al igual que en el octavo toro.