La vuelta al paraíso La historia de un toro que nació para ser bravo y se ganó la vida en la plaza

Lanudo, retorno a la vida

  • El toro indultado por Miguel Ángel Perera en la plaza de Algeciras se recupera con normalidad en la finca El Grullo, en Vejer, el lugar que le vio nacer · El animal vivirá con los lujos de un semental y cubrirá a 15 vacas a final de este mes

Cuando los últimos rayos de sol se ponían en El Grullo, la finca de Vejer de la Frontera donde pastan los toros de Núñez del Cuvillo, los 496 kilos de bravura de Lanudo subían al camión rumbo a la plaza de toros de Algeciras. La suerte para este bonito ejemplar marcado con el número 74 estaba echada. Y lo estaba porque su destino era la plaza de Huelva y no el coso algecireño. Caprichos del destino.

Y salió al ruedo. Allí se vio con una de las muletas más poderosas del escalafón, la de Miguel Ángel Perera. Su vida en las manos de un torero que apreció desde el primer momento la bravura de Lanudo. Y así ocurrió. Perera cuajó a la perfección al toro, apostó por él.

El triunfo de la vida frente a la muerte del toro. Perera realizó una extraordinaria faena, como lo fue la condición de un animal bravo, de embestida dulce y humillada. Un toro que cantó estas virtudes de salida y que fueron a más en la muleta del diestro extremeño. "El toro demostró sus buenas cualidades de salida, en la forma de embestir y el galope con el que acudía al capote. Perera lo vio y lo midió mucho y sobre todo supo lucirlo. El toro fue a más, fue repetidor, codicioso y siempre quería coger la muleta. Demostró que fue un toro bravo", matiza Álvaro Núñez, su criador, al rememorar la faena.

El público pidió con sus pañuelos blancos y sus gritos el indulto. El presidente de la plaza, Andrés Cerrillo, mostró el pañuelo naranja después de preguntarle al ganadero Joaquín Núñez si le valía como semental. Lanudo había ganado, con su bravura, la batalla de la vida.

Ese pañuelo anunciaba al nuevo héroe de El Grullo su vuelta a casa. Comenzaba una nueva vida en el paraíso que le vio nacer. Lanudo hacía honor a su padre, Cortesano, un toro de Daniel Ruiz que indultó El Fandi en Granada. "Lanudo es hijo de Cortesano, un semental que alquilamos a Daniel Ruiz para refrescar la ganadería. Ha sido un gran toro que nos ha dado muy bien en hembras y muy irregular en machos. Toros muy buenos y también malos, lo que pasa que todos hablan de los buenos. En las ganaderías buenas al final, cuando seleccionas una y otra vez, los sementales excepcionales no dan muchos hijos excepcionales, pero lo que sí dan es un alto número de toros a los que si les haces las cosas bien, rompen hacia delante. Es lo único que consigue el ganadero, no que se parezcan a los padres, pero estás creando un conjunto de toros a los que si te metes en su terreno, sí responden", añadió.

Y Lanudo se había ganado su nueva vida, mientras se abría el debate de si con un puyazo un toro puede ser indultado. Álvaro Núñez lo tiene claro, el toro se indultó por su bravura. "El toro lo que hizo fue ir al caballo y apretar. Si lo hubieran puesto dos veces, hubiera ido. Estoy convencido. En cuanto a lo del puyazo, me gustaría que vieran las heridas. Pero bueno, acepto que se le pegó poco al toro, pero la bravura no es sólo el caballo, ni es sólo la muleta. El toro es bravo o manso, un toro no puede ser bravo en el caballo y manso en la muleta o al revés. A mi modo de ver el toro hay que definirlo entre bravo o manso, aunque si un toro mansea en el caballo y se viene arriba en la muleta, para mí es bravo. Perera sometió al toro con media muleta arrastrando. Ésa es la bravura, crecerse al castigo. Cuántos toros vemos embistiendo al caballo, tres y cuatro veces, pero cuando se sienten sometidos con la muleta tiran la toalla", añadió.

Las primeras curas de las heridas en la plaza fueron primordiales para salvarle la vida, sobre todo la herida de 20 centímetros de profundidad que le provocó el puyazo. Mucha agua, jabón, antibióticos y para casa.

A medianoche el camión recorrió los 84 kilómetros que separan el coso de Las Palomas y la finca de Cuvillo. El nuevo héroe de El Grullo regresaba al lugar que le vio nacer, donde se recupera en uno de los cercados de la finca junto a un grupo de erales y otro toro indultado en la plaza de tientas . "El toro se recupera bien de las heridas, aparentemente parecía un puyazo leve, pero luego era más profundo: veinte centímetros. La idea es curarlo pocas veces porque la tranquilidad es su mayor cura. La experiencia nos dice que el animal con tantas curas se estresa y sus defensas no actúan. De los seis toros indultados en los últimos años tres han muerto, es por ello que el mejor antibiótico es la tranquilidad", aseguró el ganadero.

A Lanudo le espera una vida placentera de semental hasta que llegue el final de sus días, de muerte natural, algo que sólo consigue el toro que es bravo en la plaza. "El indulto es un hecho excepcional, el toro vive en la gloria y muere en la plaza con la gloria de un animal que lucha por salvar su vida y eso lo decide el público. Cuántos becerros mansos quisieran vivir como vive en toro bravo, la libertad de la que disfruta, el trato privilegiado del que disfruta y no morir electrocutado en un matadero. El toro de lidia, porque sin lidia no habría toro, es el único animal que tiene la posibilidad del indulto por ofrecer lo mejor de su raza. Sólo el toro tiene el don de la bravura", concluyó Núñez.

Dentro de unos veinte días Lanudo podrá padrear. Unas quince vacas le esperan. El nuevo héroe de El Grullo vivirá con los lujos de un semental unos diez años. Larga vida a Lanudo, galardón de la bravura.

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