Toros

Manzanares cautiva a la afición de Málaga en una tarde de sobresalto

  • Enrique Ponce corta una oreja mientras que Morante de la Puebla se va de vacío tras un primero de su lote que apenas le duró una tanda, y un segundo que no le gustó

Ganadería. Toros de Juan Pedro Domecq, el primero como sobrero, desiguales de presencia y de poco juego en conjunto salvo el buen sexto. El tercero fue complicado. TOREROS: Enrique Ponce, saludos y oreja tras aviso. Morante de la Puebla, silencio y pitos. Manzanares, oreja y dos orejas. Incidencias. Quinto festejo de feria con lleno de cartel de "No hay billetes".

Sobresaltada corrida de Juan Pedro Domecq, que redimió Manzanares poniendo la plaza boca abajo en el sexto, el mejor toro de la deslucida corrida de Juan Pedro Domecq.

Los principios sin embargo no fueron alentadores, cuando el banderillero Alejandro Escobar resultó herido nada más empezar y Manzanares recibió una fuerte voltereta en el tercero, con el que se la jugó el alicantino y cortó una oreja de mérito.

El sorteo matinal fue justo con el alicantino y le reservó para el final un toro que rompió en la muleta de un Manzanares, que no se lo pensó. Se fue a los medios nada más empezar de faena y fijó pronto al astado para cuajar desde el principio series de muletazos que pusieron la plaza boca abajo, con la muleta montada sobre la mano derecha. Con la izquierda no fue tan redondo el toreo, pero hubo buenos muletazos también. Después del estoconazo, las dos orejas se hacían irresistibles.

Tuvo importancia también José Mari con un toro sin clase ni fondo ni casta de Juan Pedro Domecq. El alicantino, pese a ello, quiso y arriesgó. No volvió la cara y aguantó las dudas del toro, que le medía y le costaba pasar. Tragó Manzanares y terminó pagándolo con una fea voltereta mientras intentaba abrochar la serie con un pase de pecho. Se le quedó el toro, no se inmutó el torero y terminó por los aires. Afortunadamente, no tuvo consecuencias. La contundente estocada precedió a la fuerte petición. Oreja ganada.

El sobrero de la ganadería titular que sustituyó al primero fue un toro soso, flojo y descastado. Ponce lo ayudó y lo pasó con aseo, manteniéndolo. Con el cuarto, firmó una faena de más a menos con un toro bajo de raza al que sobó y metió en la muleta en una faena larga de intensidad intermitente. Entró de nuevo la gente con el epílogo de faena por bajo del de Chiva y cortó una oreja tras aviso.

Morante se estiró con el capote y cuajó distinguidos lances al segundo Juan Pedro. Fue lo único, porque el toro apenas duró una tanda en la muleta. No le gustó el quinto al torero de La Puebla, que abrevió en la muleta y se llevó la pitada de La Malagueta.

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