Toros

Nazaré, buen estreno en Pamplona

  • El sevillano corta una oreja tras una actuación por encima de su lote · Marco, trofeo del paisanaje · Morenito, sólo apuntes · Interesante corrida de Cebada Gago

GANADERÍA: Toros de Cebada Gago, en el tipo de la casa, serios y muy astifinos. De juego variado: primero y cuarto, nobles; segundo manejable y sin clase; tercero, se quedaba corto; quinto, complicado; y sexto, mansote, noble y con escaso recorrido. TOREROS: Francisco Marco, de rioja y oro. Pinchazo y estocada (vuelta tras petición y aviso). En el cuarto, estocada y descabello (saludos tras ovación). Jesús Martínez 'Morenito de Aranda', de grana y plata. Pinchazo y casi entera (saludos tras ovación). En el quinto, pinchazo y casi entera (silencio tras aviso). Antonio Nazaré, de blanco y oro, que se presentaba en esta plaza. Estocada (saludos tras ovación). En el sexto, pinchazo y estocada (oreja). Incidencias: Plaza de Pamplona. Lunes 9 de julio. No hay billetes. En memoria del ganadero Salvador García Cebada, fallecido el pasado mes de mayo, los toros lucieron divisa negra.

Los astados de Cebada Gago lucieron divisa negra en señal de duelo por quien fuera su dueño, Salvador García Cebada, a quien todo el mundo recuerda como un ganadero íntegro y que en Pamplona, durante un cuarto de siglo, ha sido santo y seña como criador de toros de lidia. La corrida de ayer, en el tipo de la casa, astifina, dio un juego variado e interesante y sirvió para comprobar que Francisco Marco está falto de rodaje; Morenito de Aranda atesora calidad, que ofreció a cuentagotas, y que el sevillano Antonio Nazaré, con ambición y buen toreo, ascendió varios peldaños en su debut en el coso navarro.

El estellés Francisco Marco desaprovechó una oportunidad para un gran éxito, contando con el mejor lote de Cebada, de notoria nobleza. El navarro, muy alentado por sus paisanos, fue premiado tras su segunda labor con una oreja, un premio generoso y que no estuvo en consonancia con lo realizado por el torero, que por otra parte se vestía de luces por primera vez en la presente temporada. Con el que abrió plaza, un colorao, serio, muy astifino, Marco lanceó bien a la verónica y se lució en un breve quite por chicuelinas. Su banderillero Pablo Simón se salvó milagrosamente de una cornada. Al querer sacar al toro del caballo, el astado le propinó un hachazo. Voltereta espeluznante con una caída brutal. Afortunadamente, todo quedó en el destrozo de la taleguilla. El diestro comenzó la faena en los medios y de rodillas, con la derecha. La labor, voluntariosa, no pasó de un par de tandas correctas. Pese a un pinchazo y una estocada, sus paisanos solicitaron un trofeo, que no fue concedido.

Francisco Marco volvió de nuevo a entregarse. Fugado, que en el encierro se había rezagado, dando varios sustos e hiriendo a un par de mozos, ni se fugó ni tampoco llegó maleado y con sentido a la lidia en el ruedo. El torero lo recibió con una larga cambiada de rodillas junto a tablas. De la faena sólo destacó una serie con la diestra. Tras una estocada y un descabello, sin petición mayoritaria, le concedieron una oreja. Puro cariño del paisanaje.

Morenito de Aranda dejó apuntes sueltos de gran calidad en una actuación de escaso relieve. Con el manejable, aunque sin clase segundo, el burgalés realizó un trasteo correcto, con algún pasaje de altura con la diestra y algún ayudado de calidad.

Morenito brindó la faena del quinto a los hijos de Salvador García Cebada. La labor no llegó a cobrar altura ante un toro vareado y de impresionantes astas y complicado en su juego.

Antonio Nazaré, por encima de su lote, fue quien mejor toreó. Con el tercero, que se quedaba corto y acometía con brusquedad por el pitón derecho, dio la talla en una faena que brindó a los hijos del ganadero fallecido. En la mayoría de los muletazos, hubo temple. El nazareno estuvo a punto de ser corneado cuando colocaba la muleta para unas bernadinas.

Con el sexto toro, mansote, noble y de escaso recorrido, Nazaré realizó una faena medida, con inteligencia y gusto. El sevillano, con buena colocación, dibujó muletazos con la diestra con temple y pulseando en una primera tanda. En la segunda bajó la mano, con el toro acortando su recorrido. Y con la izquierda brilló en varios naturales bellísimos, en los que adelantó la tela. Tras un pinchazo y una estocada entera fue premiado con una oreja.

Sin duda, el sevillano Antonio Nazaré, tras dar un toque de atención en la pasada Feria de Abril, sale reforzado de un ciclo importante como el de los Sanfermines.

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