El matador de toros Julián López El Juli y el banderillero Pablo Delgado recibieron ayer los XXXI Trofeos Doctor Vila Arenas por sus respectivos quites (artístico y al riesgo), que realizaron en la pasada Feria de Abril y que concede el equipo médico de la Maestranza.

El Juli fue premiado por el quite artístico realizado el 16 de abril al toro Ilusión, de El Ventorrillo; y el banderillero Pablo Delgado, por el quite al riesgo para evitar una cogida a su compañero Alcalareño, que hizo al toro Manzanero, de El Pilar.

En el transcurso del acto, el doctor Ramón Vila, responsable de la enfermería de la Maestranza, cedió los trastos, oficialmente, a Octavio Mulet, quien figura desde hoy como cirujano-jefe y que la pasada temporada ya asumió esta labor. "Es una decisión consensuada con la Real Maestranza, con la empresa Pagés y con mi equipo", afirmó el médico.

Ramón Vila (Sevilla, 1938), muy emocionado en su despedida, afirmó: "Soy consciente de la edad que se tiene... Después de 50 años en la enfermería pasaré al burladero". Referente de la cirugía taurina, fue nombrado cirujano-jefe de la Maestranza en 1978. Vila agrecedió su apoyo, entre otros, "a mi padre -los galardones se entregan en su memoria-, quien me introdujo en la cirugía taurina y en la afición a los toros, a mi mujer y a mi equipo". Por continuar utilizando términos taurinos, a partir de ahora, el responsable del taller de reparaciones de la Maestranza es el doctor Octavio Mulet Zayas, especializado en digestivo, y que en la enfermería de la plaza de toros de Sevilla contará con el mismo equipo, compuesto por una decena de profesionales sanitarios de primera categoría.

De los toreros distinguidos con estos galardones, Vila llegó a decir de El Juli, que "es el mejor matador de toros que hay ahora en activo" por "poderoso, valiente y artista". Un diestro que junto a Curro Romero y Morante son los únicos que han ganado este trofeo del quite artístico en dos ocasiones. Vila también distinguió ese quite al riesgo de Pablo Delgado a otro banderillero, Alcalareño, para evitar que fuera cogido.