Toros

El malagueño Fernando Rey y 'Dormidito' salvan una infumable concurso

Dormidito fue el único argumento ganadero de un festejo experimental que ni tuvo buena acogida entre los aficionados ni tuvo, salvo la faena de Fernando Rey al citado ejemplar de El Retamar, un desarrollo artístico exitoso. Gustó el malagueño por su toreo embrocado y de mano baja y el núñez, de Manolo Hurtado, por su embestida profunda y humillada. El resto de animales sólo tuvieron fachada y estampa y algunos como los de María Antonia de La Serna o Quintas resultaron ilidiables. Debería el ayuntamiento plantearse la renovación de un abono en franca decadencia, y encontrar la fórmula que revitalice un ciclo que, no hace tanto tiempo, era emblemático entre los aficionados de la región. Novillada concurso de ganaderías madrileñas. Reses de Zacarías Moreno (muy aplomado), El Retamar (con calidad y profundidad en la embestida), Aurelio Hernando (manso y descompuesto), María Antonia de la Serna (manso y complicado), Manuel Quintas (reservón y peligroso) y Hnos. González Rodríguez (manejable).

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