Toros

"Mi padre mató media ganadería por un fracaso, ¿cuántos lo harían?"

  • La ganadería Hijos de Celestino Cuadri, quien la creó en 1973 y ha llegado a ser un encaste propio, es premiada con la Medalla de Andalucía por la Junta

-Fernando, ¿qué significa este galardón?

-Es una alegría, una satisfacción y un orgullo por ser un premio de ámbito andaluz y, sobre todo, nos da ánimos en estos momentos complicados. Nunca esperábamos un reconocimiento por parte de la Junta de Andalucía. Creo que con el tiempo podremos valorar más la importancia que tiene. El que se haya premiado a una ganadería de lidia es un acierto magnífico porque el toro es muy importante en la ecología.

-Supongo que en estos momentos, más que nunca, tienen presente a don Celestino...

-Sin duda. Mi padre creó la ganadería, en 1973, partiendo de Santa Coloma, Urcola y Pérez de la Concha y consiguió un toro particular, un encaste propio, cuya obligación para sus hijos -ocho, tres de ellos fallecidos- es cederla a las generaciones venideras. De los 14 nietos, dueños de la ganadería, cuatro, que están aquí en Trigueros, son los que toman el testigo en la selección por estar más cerca. Mi hijo Celestino; Antonio y Luis, hijos de mi hermano Luis, fallecido; y Fernando, hijo de Juan. Ellos toman las riendas y deben seguir el trabajado marcado por mi padre.

-¿Qué huella les dejó su padre?

-La verdad y rectitud. Y, además, el máximo respeto por el toro en todos sus aspectos, desde la selección al manejo.

-¿Cómo era como ganadero?

-Llevaba la ganadería en la cabeza. Conocía a la perfección los toros y las vacas que tenía. Y era inflexible en la selección hasta el punto de que su lema era "el socio del ganadero, el matadero". Para él, en la ganadería, la ganancia no era el fin, sino la consecuencia.

-¿Hasta qué extremos llegó a cumplir ese aserto?

-Mi padre mandó matar media ganadería por un fracaso ¿Cuántos lo harían hoy?... En el 73 dejó la ganadería a los hijos. En el 83 tuvimos un petardo muy grande y al día siguiente mandó matar media ganadería. La limpia fue tan decisiva, que ya en el 89 nos recuparamos y tuvimos un éxito muy bueno en Zaragoza.

-¿Cuál es la filosofía de su ganadería?

-Intentar sacar un toro que guste al aficionado, en el que exista un equilibro entre la casta, la bravura y la nobleza; sin influencia de toreros.

-Dicen que los toros se parecen a quienes los crían...

-A la larga los toros se asemejan a los ganaderos por las características que aplicas a tus reses. Mi padre, dentro de sus rasgos, tenía temperamento y seriedad y eso lo tiene el toro de cuadri.

-¿Qué factores influyen en el toro?

-La alimentación, la orografía, los elementos atmosféricos...

-¿Cómo valora la orografía donde pastan los cuadri?

-Es buena para el toro de lidia. Es una dehesa a escasa altitud, ondulada y con variedad de pastos. Habitualmente tenemos en Comeuñas los machos y en Cabecilla Pelá las hembras. Aunque también hacemos cambios por el tema de pastos.

-Por cierto, ¿cómo está influyendo tanta y tanta lluvia?

-Ya han caído 750 litros, el doble de cualquier año. Eso es fenómeno por un lado, tanto para los pozos como para la arbolada. Aunque también tiene sus inconvenientes, como el que el pienso se moje y los toros no coman suficiente. Que los toros no se cuajen y tarden más en desarrollarse. Creo que este año vamos a tener un problema en las primeras ferias. Las corridas tempranas no estarán rematadas.

-¿En qué momento se encuentra su ganadería?

-En un momento bajito. Salen toros sueltos, como Aragonés, en Madrid; en Valverde, en Ceret. Pero para nosotros cuenta el conjunto. Y ha faltado regularidad en las dos últimas temporadas.

-¿Qué le puede faltar y sobrar al toro de Cuadri?

-Hay algo que buscamos: mayor movilidad. Es un toro muy despabilado, que quiere los medios para pelear. En muchas ocasiones los lidian en tablas y eso lo acusan. De potenciar una cualidad, apostamos por la movilidad.

-¿Y qué etapa atraviesa la cabaña brava en su conjunto?

-Está faltita de casta. El toro sale más suave de lo que quisiera como aficionado. No nos vendría mal un poquito más de picantito.

-Desde su atalaya de ganadero, ¿cómo ve la iniciativa abolicionista en Cataluña?

-Es un tema político. Hay una oposición a la Fiesta al identificarla con España. En cuanto a los antitaurinos tienen una falta de conocimiento enorme del toro de lidia. Desconocen cómo vive esos cuatro años. Lo que cuenta es la vida, no la muerte. Y mientras el toro vive en su esplendor y sirve para preservar la dehesa, otros animales, mansos, malviven como esqueletos vivientes.

-¿Cómo está afectando la crisis al sector ganadero y, en particular, a su ganadería?

-Han sobrado muchos toros. En plazas de primera y segunda no ha habido problemas. En cuanto a las de tercera, en los pueblos, la cosa se ha parado. Los ayuntamientos han tenido que recortar sus presupuestos. En nuestro caso sólo son cinco corridas las que lidiamos y espero no tener problemas. Pero los que tienen muchos toros, es posible que tengan que hacer una criba.

-¿Dónde lidiará sus cinco corridas?

-De momento, hay tres vendidas. Para Valverde, Zaragoza y Madrid.

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