Los toros de la ganadería de Garcigrande protagonizaron un rapidísimo y accidentado séptimo encierro de los Sanfermines, en el que hubo tres corredores heridos por asta. La séptima y penúltima carrera de los Sanfermines de 2015 duró 2 minutos y 12 segundos. El encierro comenzó puntual, a las 8 horas, tras los tres tradicionales cánticos de los mozos a San Fermín para pedirle su protección durante el recorrido.

Los seis toros de Garcigrande y los cabestros salieron agrupados desde los corrales de Santo Domingo. La manada se fue abriendo conforme enfilaban la cuesta y un toro negro cogió la delantera casi al final de este tramo, en el que no hubo apenas caídas, ni derrotes a los lados. Así continuaron por la plaza del Ayuntamiento y Mercaderes, donde la tónica cambió. En Mercaderes, uno de los toros cayó en la parte izquierda del vallado, si bien rápidamente volvió a retomar el ritmo. Inmediatamente después de este incidente, se vivió uno de los momentos más peligrosos de la carrera de este lunes, en el que un toro negro ha embestido a un grupo de mozos en la parte izquierda del comienzo de la calle Estafeta, donde varios corredores han caído.

El tramo de Estafeta ha sido uno de los más accidentados de la carrera, donde se han vivido multitud de caídas de los mozos. La manada corrió separada en toda la calle y así llegaron a Telefónica y al callejón, sin causar mayores problemas.

Los toros de Garcigrande, en el que ha sido su segundo encierro en Sanfermines desde su debut el pasado año, entraron separados al coso pamplonés. Los primeros en llegar a los chiqueros han sido dos de los astados, mientras que los otros cuatro lo hicieron junto a los cabestros.