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El valenciano Climent destaca en su debut con picadores en Fallas

El novillero valenciano Cristian Climent, que debutaba con picadores, hizo lo más destacado y cortó la única oreja concedida en el tercer festejo de la Feria de Fallas de Valencia.

La cantera valenciana sigue dando buenas noticias en esta Feria de Fallas. Si el pasado sábado, en la primera novillada del abono, gustaron Fernando Beltrán y Jorge Expósito, en esta ocasión se reveló como nueva esperanza Cristian Climent, de El Puig, justo en el día señalado de su debut con picadores.

A pesar de su falta de rodaje en las novilladas mayores y de la responsabilidad y la exigencia que siempre supone un debut en una plaza de primera categoría, a Climent se le notó siempre asentado, decidido y seguro sobre la arena.

Por ese sosiego, derivado probablemente de un valor natural, el valenciano supo dar buena e inteligente respuesta a un lote de novillos de escasas facilidades, en tanto que su primero se defendía por falta de fuerzas, y el sexto, rajado, se le venía siempre ceñido y sin entrega.

Pero Climent, muy paciente, fue capaz de templar a aquel en una faena a más y de asentarse y no dudarle nunca al otro, siempre con reposo y buen sentido del temple. No fueron labores redondas, pero sí lo suficientemente interesantes como para situarle entre la baraja de las nuevas promesas de la tierra.

Posada de Maravillas, novillero puntero, abrió la terna y el festejo con un astado que flojeó en los primeros tercios, pero que se recuperó y se vino arriba en el último, con mucha movilidad y un punto de desigualdad en sus prontas embestidas.

El novillero de Badajoz se dilató en un trasteo plagado de enganchones a una muleta que manejó con mucha ligereza y sin asentarse ni confiarse por completo con el utrero. Sólo la estocada de efecto fulminante con que lo remató justificó en parte la petición de oreja y la vuelta al ruedo posterior.

Con el cuarto, otro de los novillos destacados de la tarde, Posada mantuvo una actitud similar hasta el tramo final, que fue el único momento, en dos buenas tandas de naturales, en que recordó al ilusionante novillero que se reveló el año pasado por estas fechas.

El toledano Álvaro Lorenzo le bajó mucho la mano al tercero, al que le faltó celo y clase, pero al que sometió al trazo de su muleta con mucha seguridad. Hubiera cortado oreja de no haber pinchado hasta en tres ocasiones con la espada.

No pudo resarcirse con el quinto, que se quedó muy aplomado tras las dos poderosas series de derechazos con que inició su faena el de Borox. Y ya con el enemigo muy parado, Lorenzo se metió en la distancia corta para alargarse en una porfía sin apenas resultados positivos.

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