Unicaja Baloncesto

Crecer ganando

  • El Unicaja se va al parón con 11 victorias en los últimos 13 partidos

  • Hay progreso en aspectos concretos del juego y se gana, pero se tiene que mejorar solidez y consistencia

La plantilla del Unicaja hace piña.

La plantilla del Unicaja hace piña. / ACB Photo

El primer tercio de temporada se ha consumido en dos meses vertiginosos de competición, en los que el Unicaja ha jugado 19 partidos, con 13 triunfos y seis derrotas. Viene este parón para las ventanas en un momento dulce de resultados, con 11 triunfos en los últimos 13 encuentros, con la clasificación para el Top 16 de la Eurocup conseguida y con el pase a la Copa en buena disposición, aunque habrá que trabajarlo porque va a estar caro. Más si se confirma que Valencia será la sede del torneo, ahora mismo es la opción más sólida por la situación sanitaria y la probada eficacia en la fase final de junio. Y el cuadro taronja está ahora mismo a tres victorias del séptimo, justamente el Unicaja. El calendario cojo por el número impar de equipos y los aplazamientos propician que la situación de la tabla no sea 100% real. En ese aspecto, el próximo partido, ante el Murcia, será importante. Marcha 6-5 el cuadro pimentonero, octavo. El puesto de cabeza de serie (8-3 va el Burgos, cuarto, empatado con Baskonia) está a un triunfo.

En términos de resultados, el Unicaja ha experimentado una notable mejoría después desde el 2-4 inicial (1-3 en ACB, donde se ganaron seis de los últimos siete duelos). Se tocó fondo en Bar y, desde entonces, el equipo ha ido hacia arriba. Ha vencido en Valencia y Gran Canaria, ganó los dos partidos al Buducnost (el primero con más valor, con el rival al completo) y se han conseguido victorias muy holgadas ante Zaragoza, Acunsa o el propio Bar en el Carpena. En este tramo triunfante sólo se perdió en el Carpena ante el Tenerife, que se mostró superior como lo hizo, por ejemplo, este domingo en Valencia, y en una mala noche en el Marcel Cerdan de París ante el Metropolitans, que está demostrando que es un equipo peligroso (marcha 5-2 y ganó cinco de seis partidos tras caer en Málaga), al que se llegaba en el quinto partido en 10 días. También ha lidiado bien con el Covid-19 el equipo malagueño, que no ha visto suspendidos partidos más allá del aplazamiento del primer duelo ante el Joventut dos días. Ha habido dos casos en jugadores y otro dos en el staff, dos de los cuatro por falsos positivos cuando ya habían pasado la enfermedad, que no propiciaron un brote y que se controlaron bien.

Seis hombres están por encima del 40% en triples; el año pasado, sólo estaba Waczynski

Es un tramo de la temporada de sembrado y toma de posiciones, en el que se trata de construir sin matar opciones futuras. Será en enero, con el inicio del Top 16 y la confirmación del corte copero, cuando comiencen los puntos de no retorno para el Unicaja, en los meses claves de la competición. ¿Y qué se ha construido? Hay una evidente mejora en aspecto concretos del juego y carencias claras en otras, en algunas casos difícilmente resolubles. El rebote comenzó siendo una verdadera sangría y, aún con mucho margen para el crecimiento, se ha atenuado ese boquete. Hubo tramos de la temporada en que se perdía por casi cinco rechaces de media ese segmento del juego. Ahora, en el acumulado, es 1.6 el desfase negativo. Ha ayudado ese tramo de victorias amplias ante Mornar Bar, Acunsa y Buducnost para equilibrar cifras. Ese dominio del rebote en los últimos partidos ha permitido atacar en situaciones más favorables, en transiciones y generando más canastas fáciles. De ahí esas victorias amplias.

El Unicaja está teniendo buenos porcentajes de tiro (54.5% en tiros de dos y 40.3% en triples, juntando las dos competiciones), pero concede números similares a los rivales en esos lances. Hay un detalle y es que hasta seis jugadores lanzan por encima del 40% en triples esta temporada, la anterior sólo la acabó por encima de esa barrera Waczynski (34% colectivo). Es la defensa el aspecto clave del crecimiento del equipo, por donde pasarán las opciones de hacer algo grande esta temporada. Ha habido partidos concretos en los que ha aumentado la solidez y la consistencia, no fue así en Madrid el último duelo ante el Movistar, con esos 51 puntos al descanso tras los que hubo una buena respuesta en el tercer cuarto. No abundan los jugadores de perfil defensivo en la plantilla, es por eso que el crecimiento debe ser colectivo, con mecanismos y táctica, y con la agresividad, concentración e intensidad individual que cada cual ponga. Carlos Suárez, pilar habitual en ese aspecto en años anteriores, está ahora en el fondo de la rotación, una situación insólita para el capitán, que debe ahora cambiar la opinión de Casimiro si quiere tener protagonismo. El regreso de Thompson al puesto de cuatro ha propiciado que sea el tercer ala-pívot. La vuelta de Milosavljevic debería ser también un plus, pero tras 15 meses fuera tampoco se puede esperar una versión exuberante del serbio cuando regrese.

Se ha hablado repetidamente de la fragilidad del juego interior, gran caballo de batalla. Hay mejoría de Rubén Guerrero y Volodymir Gerun, ayudados por el aire que dio la irrupción de Yannick Nzosa, pero cabe preguntarse si el equipo podrá ser competitivo con ellos en momento de más exigencia. Es la apuesta del club, se decidió no salir al mercado y apostar por dar confianza y continuidad a los jugadores con contrato. La situación financiera con la pandemia no ayuda a dispendios y, salvo plaga de lesiones o caída en picado de rendimiento, no habrá movimientos. Los dos han tenido que asumir un rol para el que seguramente no estuvieran en ese momento preparados, pero son los pivots ahora mismo del equipo y con ellos se irá a la verdad. Es una responsabilidad, pero también una inigualable oportunidad para ellos. Abromaitis y Thompson están actuando del gusto de Casimiro en las últimas semanas.

La apuesta por el juego interior es decidida y se pretende continuar con los jugadores actuales

Hay nombres propios en este primer tramo de competición. El gran paso adelante de Alberto Díaz con la lesión de Mekel, una gran noticia. El pelirrojo es el segundo jugador más valorado de la plantilla, a la que lidera en asistencias y robos, perdiendo sólo un balón por partido. Es el corazón del equipo y seguramente el jugador más indispensable ahora mismo. Se sabía de la capacidad anotadora de Francis Alonso, pero esta veintena de partidos con el primer equipo ha despejado cualquier duda que pudiera haber sobre él, que las había en el propio club. Se ha ganado el respeto de sus compañeros y del cuerpo técnico con trabajo y sus actuaciones. Es una pieza básica por su capacidad de anotación y de abrir el campo y va incorporando registros a su juego. En los últimos partidos asume más bote y tiene licencia para atacar el aro. Partía del teórico puesto 13 en la rotación y ahora es titular estable y juega más de 20 minutos por partido. También Brizuela, máximo anotador, ha conseguido aumentar su capacidad para crear juego, tuvo minutos de base pero también desde el escolta ha sido capaz de dar ese paso al frente. La capacidad del perímetro para anotar es alta, el paso adelante es en la defensa. Con la vuelta de Jaime, a ver por cuánto tiempo se ausenta por la rotura en Madrid, se ha ganado en versatilidad y genialidad. Habrá que ver el encaje de Mekel, que se marcha a Valencia con Israel para ver si puede competir. Hay margen también para el crecimiento con Bouteille, a veces discontinuo pero con un inmenso talento para anotar. Waczynski dio una gran versión ofensiva en Madrid, aunque sufriera con Gentile. Sí ha dejado mejor impresión en los últimos partidos.

En fin, este es el mapa a mediados de noviembre. Los resultados del Unicaja son buenos, en ritmo creciente. Un parón, y más con la abundante presencia de jugadores en selecciones, siempre puede alterar la química. Que siempre es frágil y es una de las bazas de este equipo. Está unido, hay buen ambiente y cree en el entrenador. Falta constatar cómo se camuflan las carencias (capacidad atlética, por ejemplo) cuando llegue el tramo más decisivo de la temporada. Hay mejores resultados que impresión en consistencia y solidez seguramente, pero no hay mejor manera de crecer que ganando.

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