Se consumen dos tercios de la temporada regular de la Euroliga. Luis Aragonés decía que era en los 10 últimos partidos cuando de verdad se competían por los objetivos en una Liga. Extrapolado al baloncesto, llega el momento de la decisión, de empezar a creerse que es posible estar entre los ocho mejores. Quien más o quien menos hubiera firmado en el Unicaja esta situación a comienzos de temporada. Había cierto miedo a que la temporada se hiciera eterna, que llovieran las derrotas y que fuera un calvario.

Pero no, el Unicaja tiene un balance de 8-11 y quedan 11 partidos, seis de ellos en casa y cinco fuera. Un pleno en el Carpena acercaría bastante esa posibilidad del "bombazo" (Plaza dixit) que sería estar entre los ocho mejores. Vienen Baskonia, Efes, Maccabi, Olympiacos, Barcelona y Panathinaikos. Casi nada. Hay que fortificar el Palacio.

Y todo empieza (continúa) hoy, ante el Baskonia, ante el que el Unicaja ha perdido los dos partidos jugados esta temporada. El de la ida en Euroliga en Vitoria y el de ACB en Málaga. Siempre es un referente próximo al que superar el cuadro vitoriano, que calca los balances malagueños en las dos competiciones. Tras la destitución de Prigioni y la contratación de Pedro Martínez, esa victoria en Málaga fue el punto de inflexión en su temporada. Pero ha traqueteado la nave baskonista en el último mes, con algunas derrotas inesperadas. Y es que la Euroliga no perdona. El Armani era colista y de una tacada ganó miércoles y viernes pasados a los dos contendientes de hoy.

108 veces se han enfrentado ya Baskonia y Unicaja a lo largo de su historia. Desde el primer duelo en 1982, una pila de enfrentamientos históricos. 59-49 es el balance para el equipo vitoriano hasta el momento. Está por encima el Baskonia en el escalafón, pero el Unicaja está en un momento cercano al óptimo y con las vías libres para pelear el Top 8. Un objetivo precioso. Es la Euroliga y con el ambiente del pasado viernes en el Carpena sería muy complicado que se escapara el partido.