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Heridos por bala propia

  • El Unicaja reacciona tarde en la Sala Pionir menos caliente que se recuerda y se esfuman muchas de las opciones de colarse en el Top 8

  • Se añora el desborde ofensivo de Nedovic

Ray McCallum intenta anotar ante la defensa de Dylan Ennis.

Ray McCallum intenta anotar ante la defensa de Dylan Ennis. / reportaje gráfico: efe

Codearse cada semana con los 16 mejores equipos de Europa es una bendición per se. Por eso soñar con colarse entre los ocho mejores tiene algo de inconsciencia, ese punto de candidez que es el germen de los sueños. De ahí el sorbo amargo que queda tras ver cómo se esfuma delante de los propios ojos. El coraje que provoca la dualidad de verlo accesible, pero lejano. Como queda tras el tropiezo ante el Estrella Roja (80-76), un rival abordable que levantó las costuras a los cajistas, que dejaron de sumar la undécima para contar la decimocuarta.

Duele más la muerte cuando la bala que apaga la vida es propia. Porque entrar en el play off ya sí que supone una verdadera hombrada. El Maccabi, que perdió ante el CSKA anteayer, está en la visagra a dos triunfos, con seis partidos por delante y el average ganado. Sucede que el Baskonia, con un calendario muy favorable, también ha abierto un pequeño hueco ya.

Se escapa el Top 8 por algunas desconexiones, que han privado de un buen puñado de alegrías. Otro partido al zurrón por una diferencia menor a cinco puntos. Pero también por el balance a domicilio. Tras Belgrado, un muy mejorable 3-9, que coarta de muchas cosas. Ayer se escapó la cuarta en la carretera en la Sala Pionir menos caldera de la temporada. El Estrella Roja no engancha como años atrás y se nota en sus feroces feligreses. Tuvieron que trasladarse del majestuoso Kombank Arena, escenario de la Final Four en mayo, a un Pionir que tampoco llenan. Ayer, 4873 almas, muchas de ellas malagueñas, en la peor entrada en lo que va de competición.

No supo contener el Unicaja al conjunto del joven Dusan Alimpijevic, que con más o menos apuros, saca jugo en tiempos de subsistencia para el club. Felices en la algarabía, los cajistas no pudieron echarle las cadenas. Y ahí reinaba el genio Rochestie, que sintiéndose líder es un tipo con pedigrí para este deporte. Le soltó él las riendas a los locales, que castigaban desde el triple (11-6).

Cinco triples -acabarían con 10- meterían en el inicio. Sin acierto desde fuera, los de Plaza se sostenían como podían. En un quinteto eminentemente defensivo, Milosavljevic cogía la manija adelante. El serbio se conoce palmo a palmo las tablas del Pionir, además de la motivación extra ante el eterno rival. Enlazó 8 puntos que volteaban el choque (11-13). Feldeine daba aire, pero Augustine repelía aprovechando segundas oportunidades -dispuso de 13 más en el partido el Unicaja de las que no hizo diferencia en el marcador-. Los seis rebotes del americano y una canasta más adicional de McCallum permitían seguir con vida (24-24).

Se fue Gagi al banco y faltó desborde en la zona ofensiva. Se añoraba la lámpara de Nedovic, homenajeado antes del inicio por el club de su vida. El de Nova Varos es el líder indiscutible de este equipo, el que le hace subir el peldaño. Hubo secuencias de pérdidas y varios minutos sin ver la red ajena. Solo el primer triple, obra de Soluade, relanzó a los de Plaza (30-32). El inglés recupera confianza tras un airball, pero entre él y McCallum debían dar caza a un Rochestie indetectable. Volvió a aparecer para abrir un parcial de 7-0, que culminaría Ennis con un bonito escorzo. Al descanso, 40-37, pero con la sensación de que el Estrella Roja estaba cerca de sus topes y la distancia era exigua.

El paso por vestuarios bajó la persiana al Unicaja. Dos canastas del base americano local y un triple de Davidovac estiraban al máximo la renta (47-37). Emergía Salin, del que se espera algo más en ausencia de Nedovic, con el segundo triple verde de la noche. Acercó, pero recogió el testigo Milko Bjelica, que en su día estuvo cerca de Málaga. Decía Nedovic en la primera vuelta que el interior está realizando la mejor temporada de su carrera, dando alguna muestra de ello ayer. El internacional por Montenegro empujaba (54-46) y aunque Milosavljevic acortaba (54-50), Feldeine daba resuello a los de Belgrado (62-52).

Ante el atasco en ambas zonas, Plaza intentaba mover el árbol. Sin éxito con la pareja interior Suárez y Brooks, las faltas del 23 y de Augustine -Shermadini no disputó la segunda parte por molestias en el pie que le tenían renqueante desde días atrás-, el catalán le daba la alternativa a Viny. Repuntó el equipo con él en la pista, que echó el cerrojo. La alambrada y el bonus local permitían que el tiro libre escondiese las carencias ofensivas. Se echaba en el cogote el Unicaja, aunque dejaba cuatro puntos en el limbo desde la personal (62-57). Se echarían de menos después, cuando se luchaba contra el crono. Waczynski tomó el mando y 11 puntos del alero hicieron creer en el imposible. Un triple de Lazic alejaba y los tiros libres de Rochestie y Davidovac aniquilaban minutos más tarde.

No es un drama perder en Belgrado, desde octubre lo hicieron Maccabi, Zalgiris u Olympiacos, todos en play off; pero sí enoja que mostrando la marcha del último cuarto el Top 8 aún seguiría a tiro de piedra. Seis fechas por delante, donde el calendario indica la gélida Moscú como siguiente parada. Tumba o lanzadera de ya casi una utopía. Antes del CSKA está el Estudiantes en ACB, donde deben vaciarse las fichas para volver a esta delicia llamada Euroliga.

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