No se recuerda jamás un partido a las 16:30 horas en el Carpena, pero es la servidumbre a Movistar, que paga y manda e hizo un super domingo, con los cuatro segundos partidos de manera sucesiva por #Vamos. Seguramente tampoco estén contentos en Manresa con un partido a las 21:30, pero es lo que hay.

Un match ball para meterse en semifinales de ACB nmerece la pena saltarse cualquier plan preestablecido. Se ha ganado el apoyo de su afición el Unicaja con un gran partido en Valencia para someter al vigente campeón de la Eurocup y ponerle contra las cuerdas. Mientras se paladeaba el triunfo quedó la duda de si no podía haberse visto ese duelo a muerte en abril en la final europea... Pero hay que disfrutar del presente, que ya ha habido penas.

El planteamiento de Casimiro sorprendió al Valencia y a Ponsarnau, pero la actitud del Unicaja fue quizá lo diferencial. Ver a Waczynski ponerle un tapón a Dubljevic o a Wiltjer birlar un rebote de ataque en un tiro libre al rival son señales de la firmeza con la que el Unicaja se aproximó al partido. La diferencia puede estar en el hambre. El Valencia, por más que sus jugadores sean profesionales y ambiciosos, tiene la temporada hecha con el título y la presencia en la Euroliga. Y está en el subconsciente. El Unicaja no, sus jugadores tienen sangre en el ojo. Por su lenguaje corporal durante el partido y por sus declaraciones tras el mismo, hay fuego interior candente.

Ahora la balanza oscila. El Valencia sigue siendo un equipo poderoso y tiene su orgullo. Hay que ver las ganas de sufrir que tienen. El Unicaja repitió, a través de sus pesos pesados, que lo que aconteció ante el Alba Berlín, tener un match ball en casa y acabar perdiendo por más de 20 puntos en la peor derrota casera en años, está bastante presente.

El Valencia perdió a Matt Thomas y el Unicaja pierde a Salin, piezas importantes en el entramado de cada entrenador. Casimiro encontró en el trío Roberts-Díaz-Fernández una buena solución. La mejor versión de Waczynski ayuda a tener confianza en que se puede solapar la ausencia del perro de presa finlandés. Habrá que ver los ajustes tácticos, si Casimiro sigue apostando por la zona tras balón parado en estático, si hay ese control férreo del balón que impidió al Valencia correr y si se consigue igualar la batalla por el rebote.

En el horizonte, unas semifinales de la ACB, el sitio que fue natural durante este siglo. Tras la primera victoria a domicilio en play off desde 2010, también fue en Valencia, hay una oportunidad tremenda delante.