Málaga CF-Atlético Sanluqueño: Como en Murcia, pero aquí (20:00)
Con el viento de cola de la gran victoria en La Condomina, el Málaga necesita una actuación convincente en La Rosaleda (dos puntos de los últimos nueve) para volver a volar en la tabla
Paquito Mwepu, la amenaza del Sanluqueño
La preparación del partido
Con el potente aire de cola del recital en Murcia (1-4) después del palo ante el Alcoyano (1-2), el Málaga CF regresa a La Rosaleda para recibir al Atlético Sanluqueño. Fue un refuerzo mental importantísimo lo de La Condomina, pero ahora se debe carburar en casa. Sólo se han conseguido dos de los últimos nueve puntos posibles. Tras ganar los cuatro primeros partidos, el último el 12 de octubre, empates con Córdoba y Castilla y derrota ante el citado Alcoyano. Tiene los mismos puntos (14 y 14) en casa que fuera el Málaga. Si en algo hay unanimidad es que por La Rosaleda pasan las opciones de hacer algo grande. Pero está mostrando síntomas de estar más cómodo fuera conforme pasa la temporada que en casa el cuadro de Pellicer. Puede ser una cuestión mental, pero también de planteamientos y de espacios, como refería el técnico en la previa.
No es momento fácil, las bajas de jugadores estructurales siguen acumulándose. Perder al jefe de la defensa, Nelson Monte, por al menos mes y medio es duro. También está la sanción de un partido a Genaro. Sangalli no acaba de recuperarse, Juanpe y Ramón están ahí ahí... La profunda y poderosa medular que se había configurado está ahora mismo cogida con alfileres. Es por ello que se necesitan pasos adelante de varios jugadores. Lo normal es que tengan continuidad Manu Molina y Dani Lorenzo, con el cable de Larrubia. También atrás la pareja Murillo-Galilea se perfila como la titular en las próximas semanas, aunque Moussa ya está recuperado. Y el regreso de Izan Merino del Mundial sub 17 da alguna alternativa más por su gran polivalencia.
El equipo gaditano marcha en el puesto 15, bordeando puesto de descenso pero juega bien al fútbol, tiene peligro y nombres de pedigrí. Tanto en la dirección como en el campo. Juan Cala y Coke, futbolistas de dilatada trayectoria en Primera División, se hicieron con la propiedad del club el pasado verano en un momento de máxima dificultad económica y con el fantasma de la desaparición. El primero ejerce de cabeza visible y el segundo aún quema sus días en el césped. Cambiaron a Antonio Iriondo por Abel Segovia hace varias jornadas porque el equipo, tras un buen comienzo, había gripado. Intenta darle el sello que tenía el año pasado el Antequera, con el que arrasó en Segunda RFEF para subir en marzo.
Es época prenavideña, con lo que la oferta de ocio se multiplica, bajan las temperaturas y puede ser más incómodo ir a La Rosaleda, pero ese suelo de 20.000 espectadores que hay en cada encuentro es un importante sustento para dar fuerzas al equipo, que necesita un partido al estilo Murcia en casa para potenciar la autoestima colectiva. De fondo está el engorroso partido de Copa ante el Eldense y dos partidos ante Mérida y Algeciras para cerrar 2023 competitivamente. Antes, un partido que exige máxima concentración ante el Atlético Sanluqueño, para que el jugar en La Rosaleda es histórico.
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