Unicaja

Lessort, entre la "energía pura" y la "sangre fría"

  • El pívot francés, que metió los dos tiros libres para forzar la prórroga, un torbellino

  • "Es importante para mí mostrar a mis compañeros que pueden contar conmigo en partidos ajustados", dice

Lessort choca con Ndour durante el Unicaja-Unics.

Lessort choca con Ndour durante el Unicaja-Unics. / Javier Albiñana

Mathias Lessort es un tipo especial. En el vestuario cajista es un tipo querido. A veces travieso, pero sin maldad. Quizá por sus genes caribeños, sus biorritmos son otros. Es vehemente, en Manresa se le podía ver por las cámaras de Movistar discutiendo con Boni Ndong en el banquillo, poco después se le contemplaba reírse con el senegalés, con quien hace un trabajo constante de perfeccionamiento en cada entrenamiento.

Casimiro le tiró de la oreja tras ese partido en el Nou Congost, después de discutir con Lalanne. "Se expresa así, es un chico joven de 23 años que es pura energía y lo muestra en todo. Tiene que madurar en ese tipo de cosas, saber estar en esos momentos, pero no va contra nadie. Ni equipos rivales ni árbitros. Esa energía exuberante tiene que aprender a controlarla. Si controla eso y compite bien tiene 23 años y mucho margen de mejora", decía de él su entrenador.

Lessort sabe, al menos es su intención, que está en Málaga de paso. Es la paradoja constante del grueso de los equipos de Europa, cuanto mejor rinda un jugador más lejos estará de seguir en un futuro próximo porque los cantos de sirena desde el otro lado del Atlántico son irrechazables. Los Sixers tienen sus derechos para la NBA.

El pívot francés, aconsejado por sus agentes, aterrizó en Málaga porque aquellos estimaban que era un lugar idóneo para crecer. Bajaba de la Euroliga (jugó ahí en el Estrella Roja) a la Eurocup, pero, ¿quién dice que el partido del martes no podía ser de la mejor competición continental? Lessort moldeando su juego y encontrándose estímulos para sentirse importante. En el partido ante el Unics completó un partido serio, sacó del partido a sus pares Ndour y Morgan porque resultó incontenible y los rivales, sabiendo que su porcentaje no era muy allá desde el tiro libre (53% en lo que va de temporada, yendo más de cinco veces por partido a los 4.60 metros), recurrieron a las faltas para evitar canastas fáciles.

En el primer tiro libre tuve el toque de los tiradores y en el segundo, corazón

Fue Lessort en seis tandas a la línea de personal. En las cinco primeras, repitió secuencia. Metió el primero y falló el segundo. En tiradores no muy fiables suele suceder a la inversa, se falla la primera y, tras la aproximación, hay más opciones de meter. Pero él tiene sus propios esquemas.

Tras el partido, Lessort bromeaba con lo que sucedió la última vez que fue a la línea. Metió los dos y forzó, tras el fallo postrero de Henry, la prórroga. "En el primero, tuve el toque de los tiradores y en el segundo tuve corazón. Soy de sangre fría. Fueron dos tiros libres importantes para el equipo", decía el de Martinica. El primero salió despedido hacia arriba tras tocar el aro, pero acabó entrando. El segundo fue limpio. Lo celebró como si se hubiera ganado el partido. "Es importante para mí mostrar a mis compañeros que pueden contar conmigo en partidos ajustados", ahondaba Lessort.

En estos primeros compases, el pívot se muestra como un jugador con mucha actividad, a veces anárquico, pero con brío contagioso. Quizá con más capacidad para jugar en el poste bajo de la que se esperaba, para crearse sus propias canastas. 9.7 puntos, 5.6 rebotes y 11.9 de valoración son sus medias en el arranque. Un buen contrapunto para Shermadini. Pura energía y sangre fría.

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