unicaja | UCAM MURCIA

Paño de lágrimas

  • El Unicaja se arropa en el Carpena tras el doloroso tropiezo frente al Khimki para defender su buena dinámica liguera contra el UCAM Murcia (18:30)

  • Jeff Brooks entra en la lista

Aún resuena la bocina con acento ruso en la mente de más de uno en el Unicaja. El equipo se dejó frente al Khimki una victoria que mantenía en marcha el tren de la Euroliga de una manera muy fea. Un recordatorio de paso de lo que es el baloncesto y lo que es el máximo nivel. Que 38 minutos a tope no sirven si no rematas en los dos que restan. Los pupilos de Joan Plaza regresaron ayer por la mañana, entrenaron y se pusieron en marcha para hoy cerrar ese capítulo y lo hacen en el Carpena, un buen paño de lágrimas, un buen sitio para buscar consuelo.

Enfrente el UCAM Murcia. El equipo de Ibón Navarro se quedó fuera de la Copa in extremis, pero suma tres triunfos consecutivos en ACB; el último de mérito ante el Iberostar Tenerife de Katsikaris por un ajustado 74-72. Novena posición, diez victorias y ocho derrotas. Un buen balance que aun así lo ha apartado de Gran Canaria. Llega con hambre por tanto, aunque con algunas dudas como las de Ovie Soko y Lukovic, jugadores importantes a lo largo del curso.

La semana es importante para seguir cogiendo sensaciones positivas de cara a la Copa. Hace un año el Unicaja llegaba con el Real Madrid recién derrotado en el Carpena y en una forma envidiable pese al desastre postrero. La situación actual se asemeja, con el equipo mostrando solidez y una idea clara después de la reducción en la rotación. Se ganó al conjunto blanco también, igual que al Barcelona, y por lo pronto la racha es de cinco triunfos consecutivos en ACB.

Sucede que las semejanzas están en lo bueno y en lo malo también. En ocasiones falta madurez y concentración en los momentos críticos. De las últimas seis derrotas, cuatro se han producido por dos puntos. En algunos casos reincidentes como Baskonia o Zalgiris. En todos ellos se puede decir que el trabajo fue bueno durante una sección importante del partido, pero siempre desconexiones o malas defensas han dado con el club de Los Guindos hincando la rodilla.

Lo de Moscú fue la máxima expresión de esto que hablamos. De allí se pueden sacar muchísimas conclusiones positivas, claro. El Unicaja ralentizó el partido, obligó a ir al barro al Khimki con menor ritmo -el primer cuarto, entre imprecisiones y lentitud acabó con un escueto 9-11 nada menos- y lo tuvo siempre dentro un margen de seguridad. La calidad del club ruso no escapa a nadie y Shved se encargó durante buena parte de mantener conectados a los suyos junto al trabajo de otros como Honeycutt o Gill para percutir desde el rebote. No obstante, a menos de dos minutos del final se ganaba de seis con un triple enorme de Waczynski hasta que se apagó la luz. McCallum dejó de producir, al polaco no le entraron los tiros y defensivamente se perdió tensión hasta el punto de una última jugada en la que se permite el rebote ofensivo ganador sobre la bocina.

Durante 38 de 40 minutos se vio a un equipo currante y que no echaba -demasiado- de menos a Nedovic o Brooks. Luego se acusó y mucho la falta de chispa para resolver. Y es que ya durante ese último cuarto hubo una buena sequía de cinco minutos antes de esa cuasi mejoría del enfermo. No obstante toca quedarse con lo bueno para seguir sumando antes de la Copa. Hoy por lo menos se podría recuperar al norteamericano, que ha evolucionado bien de su esguince de tobillo después de quedarse en Málaga este viernes. Para el escolta serbio aún habrá que esperar. Tiene hambre y apurará para regresar al menos en dos semanas. Lo suficiente para estar en Gran Canaria.

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