La segunda mitad de febrero, pandemia mediante, será la fecha de la última burbuja de partidos clasificatorios para el Eurobasket 2022. El escaso número de equipos que queda eliminado hace que varios grupos estén ya decididos, pero la idea de la FIBA es que se complete la clasificación. Málaga presentó, al mismo tiempo que Valencia para este parón, a través de la FEB su candidatura a albergarla, pero se prefirió esperar para conceder la organización.

Málaga y Tel Aviv, opción israelí, eran las favoritas y así se había trasladado a la instituciones malagueñas que apoyaban la organización. Se veía como un reclamo internacional de seguridad que se sumaba a las experiencias nacionales de los distintos eventos de fútbol y fútbol sala que se habían celebrado en la provincia en los últimos meses, ya con la pandemia extendida.

Sin embargo, la candidatura de Polonia ha emergido en la última semana, como informa AS, y aspira con fuerza a organizar la ventana, en algo que se tiene previsto decidir esta semana. Ahora mismo, cuenta con más opciones y complica que venga a Málaga la burbuja. Andreas Zagklis, secretario general de la FIBA, estuvo en la burbuja de Valencia conociendo de primera mano las instalaciones de lo que será la sede del Eurobásket femenino del próximo verano.

El coste de la burbuja de Valencia ha sido de 250.000 euros, con las abundantes PCR que se han realizado y con los estrictos protocolos que se han seguido para aislar a los equipos y las personas necesarias para el operativo, unas 170 en total. Aunque la selección no viniera en febrero a Málaga quedaría la opción de verla, siempre que respete la situación sanitaria, en el doble duelo previsto para antes de los Juegos entre las selecciones femeninas de España y Francia y que sigue en pie tras ser aplazado a la vez que la cita de Tokyo.