Prohibido dudar

Tras la decepción de la BCL, que debe valer para hacer callo, el Unicaja se enfrenta a un múltiple duelo ante el Lenovo Tenerife que marcará la nota final de la temporada

Horario del Surne Bilbao-Unicaja

El Unicaja - Lenovo Tenerife, en fotos
Los jugadores del Unicaja, ante el Lenovo Tenerife. / Carlos Guerrero

El fin de semana de la Basketball Champions League distó del imaginado deportivamente. La posibilidad de ganar dos títulos en un año era una ilusión pero también una presión. Pesó más lo segundo. El Unicaja perdió sus dos partidos, ante Bonn y Tenerife, por dos y cinco puntos. En ambos encuentros distó bastante de su mejor juego, pero en los dos tuvo bola para ponerse por delante en el último minuto. Es la dicotomía en la que se mueven las sensaciones que dejó el fin de semana. Sin jugar bien, el equipo tuvo fe y espíritu para darle la vuelta a la situación, no se abandonó y compitió hasta las últimas consecuencias. Es el ADN que ha construido este equipo en un tiempo récord. Es la quinta vez en la historia que el club llegaba a unas semifinales europeas, no hay que olvidarlo. No se puede volver a la cima con tanta celeridad sin asentar las bases. Y esas bases pasan por que los mínimos sean más altos que los objetivos que no se conseguían en los últimos años. Y así se está consiguiendo esta temporada. Título de Copa, semifinales de BCL y, mínimo, cuartos de final de la ACB.

En la vida moderna hay universos paralelos. En la vida real, la afición del Unicaja ha dado una gran muestra de apoyo. El simple hecho de que un altísimo número de aficionados verdes con entrada estuviera presente en el partido por el tercer puesto tras la decepción de las semifinales. Ha habido muestras abundantes de cariño a Kendrick Perry, un gran recibimiento y una actitud encomiable durante los partidos, desde el bufandeo inicial al cántico del himno. La afición ha podido comprobar también cómo aprietan en otras pistas. La muestra del Hapoel fue tremenda. El Bonn, de manera más reducida, no se quedó atrás. Es una buena manera de entender otros ambientes, de aprender también. En las redes ha habido más acidez y más críticas. Hay que usar la memoria y mirar por el retrovisor para recordar de dónde se viene.

Evidentemente, hay hueco para el análisis. Lo hay ya dentro del club, donde la línea es ambiciosa y se sabe que no se estuvo a la altura. Los jugadores lo verbalizaron tras el torneo y también hablaban de la "rabia" que había por demostrar en los próximos duelos y el play off. Se venía de 11 victorias seguidas y se han perdido tres partidos seguidos por primera vez este año, una temporada en la que se estaba rozando el 80% de victorias. El equipo ha seguido ganando mucho tras la Copa del Rey, igual sin la exuberancia previa, pero siendo tremendamente fiable.

Hay varios factores esenciales. Como equipo ganador y que ha impactado, el scouting sobre el Unicaja se ha recrudecido. Cada vez se afinan más las defensas para limitar los bloqueos indirectos en los que Kalinoski es un maestro. Se ponen más trabas para ese juego en transición, incluso tras recibir canasta, o contraataque que tiene el Unicaja como cabecera, se intenta incomodar a Kendrick Perry. En las semifinales, el Bonn supo limitar las situaciones de poste bajo de Will Thomas, el jugador más dañino en esa suerte del juego. También es una realidad que el reajuste de roles tras las lesiones es más complicado. Desde la Copa del Rey no había tenido el Unicaja a los 12 jugadores. Se encadenaron las lesiones de Djedovic, Alberto y Brizuela para rotar con 11. Todos han llegado aptos para la Final Four, pero no en las condiciones óptimas, apenas con un partido para los dos españoles en Madrid como rodaje. Cómo renunciar a sus cualidades, de probada eficacia en estos contextos, en un evento así. Y una de las fortalezas de este equipo ha sido esa gran profundidad de banquillo, pero con todos a un nivel medio-alto. Bonn o Hapoel comprimieron a ocho-nueve la rotación real.

Son enseñanzas en este proceso de crecimiento que no podía ser tan perfecto. Y no deben entrar las dudas ahora porque ganar títulos no es lo normal. Son cinco en 45 años de historia y se conquistó uno de manera inopinada. Sí hay que estar en los sitios y pescar cuando todo cuadre. Es un acicate para mejorar para técnicos y jugadores, que en un alto porcentaje están montados en el barco mínimo hasta 2025, lo cual es una gran noticia porque es un bloque que ha demostrado, con resultados, muy pronto haber conectado y tener un recorrido común con un margen de mejora amplio aún. Hay que pulir mecanismos aún, ahondar en el conocimiento mutuo. Vienen ahora unas semanas para darle la nota final a la temporada, que será buena, pero se puede mejorar si se dobla el brazo del Lenovo Tenerife en este pulso vivo que se va a convertir en clásico. Las semifinales en un play off de la ACB no se pisan desde la temporada 2016/17, la del título de la Eurocup. Ha llovido demasiado y es un reto más para un equipo que también fue el primer que comenzó la pretemporada. "Empezamos el 9 de agosto, lo tengo grabado", decía Will Thomas. Se adelantó el trabajo para llegar finos a la Fase Previa de la BCL. Y ya se han cumplido los nueve meses de aquello.

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