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Querido enemigo

  • El Unicaja pretende arrancar un triunfo de Vitoria que distanciaría a un rival más enconado que nunca El año pasado rompió el maleficio en Euroliga

El Baskonia y el Unicaja, algo así como el Madrid y el Barcelona de los equipos no futboleros durante muchos años, tienen una relación que va para dos décadas de rivalidad. Los dos se montaron en el tren de la Euroliga hace tiempo y ahora uno tiene que perder el sitio o, en su defecto, ir de pie. Sobra uno con el billete garantizado. El partido se juega en buena parte fuera de la pista. Pero también dentro de ella. Así que los duelos con los vitorianos y con el Valencia tienen un plus excepcional esta temporada. Son más que una victoria propia, también una derrota del enemigo. Aunque sean en la ACB.

El Unicaja afronta su primera salida del año en un territorio tradicionalmente hostil. Desde que se ganó el título en 2006, no se vence en competición doméstica. Sí se consiguió en Euroliga la pasada temporada, el famoso día en el que debutó Lamar Odom con el equipo entrenado entonces por Sergio Scariolo. Sigue hablando el banquillo el mismo idioma, pero al mando está Marco Crespi, que dirigiera en su día en Sevilla y que la pasada campaña llevó al Montepaschi. Se acuerda, dijo en la previa del partido, de Granger. Cómo no hacerlo tras el canastón del uruguayo en Florencia sobre la bocina para pasar al Top 16. El Baskonia atraviesa el mismo proceso que empezó antes el Unicaja. Cuesta asumir que la realidad no da para competir de tú a tú ante el Madrid y el Barcelona. Y que el margen de error en la confección de una plantilla no existe si se quiere hacer cosquillas a los transatlánticos en España o siquiera olfatear de lejos la Final Four en la Euroliga. En Málaga se asumió, pero en Vitoria aún cuesta. Y la situación económica en la carretera de Zurbano es más delicada que en Málaga. Bastante más.

En medio del follón de pasaportes, con la postrera incorporación de DJ White por Ryan Gomes, el Baskonia ha sufrido dos rapapolvos en sus dos partidos oficiales, cierto es que ante el Madrid en la Supercopa y ante el Barcelona en el estreno liguero. Heurtel, que se queda tras una semana en la que se colocaba con insistencia en Turquía, y San Emeterio más el canterano Diop son los jugadores reconocibles de este Baskonia con cierto aire experimental, con mucho americano, varios con pasaportes cocinados en las últimas semanas. Pero, como decía Joan Plaza, el ADN Baskonia está arraigado en el club y nunca hay que despreciar a un equipo con tamaña historia. Ojo al letón Bertans, que al Barcelona metió 24 puntos y está siendo una sensación.

Arrancar una victoria del Buesa es un buen reto para Joan Plaza y sus chicos. Con la ausencia de Suárez hay vía libre para que Kuzminskas explote, Green tenga más minutos y la doble metralleta Toolson-Vasileiadis tengan minutos juntos. Siempre es bueno mirarlo por el lado positivo y siempre hay vías por las que mejorar. Jayson Granger tiene un golpe en un dedo en el que lleva arrastrando molestias durante varias semanas, pero estará hoy sobre el parqué del Buesa Arena llevando los mandos junto a Stefan Markovic.

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