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Realidades asimétricas

  • Los fuegos artificiales en torno a McCallum, la sobriedad de Díaz y el descaro de Soluade chocan con la situación de los bases taronjas, que llegarán sin jugar un amistoso con el equipo

Ray McCallum, en el encuentro del Costa del Sol frente al Real Madrid.

Ray McCallum, en el encuentro del Costa del Sol frente al Real Madrid. / marilú báez

Aunque quizá un poco pronto, desde el viernes se luchará en Las Palmas por el primer título oficial de la temporada. El primer escollo para la entidad de Los Guindos será el Valencia Básket, en un partido con una atmósfera bañada en confeti y en postales de gratos recuerdos. Vivencias pasadas al margen, será uno de esos encuentros que guarda un cariz especial. Esos en los que los pequeños detalles decantan la balanza. Antes de saltar al parqué canario, el Unicaja parte con ventaja clara en la posición de uno.

Una de las gratas noticias de esta preparación están siendo los bases, desde el primer día a las órdenes de Plaza. Alberto Díaz, más allá de que deba ajustar algo más la mirilla, está demostrando la sobriedad de costumbre. Este curso parte como segundo base y parecen no pesarle los galones. El nombre de Morayo Soluade también está resonando con fuerza. Con más minutos como escolta por la ausencia de los internacionales, el inglés se lo está creyendo. Aunque gastando algún tiro de más, viene mostrando un descaro y una garra atrás que le garantizan minutos ante cualquier imprevisto.

Diot llegó con molestias del Eurobásket y Vives realizó ayer su primera sesión con Vidorreta

Un paso más allá está yendo el fenómeno McCallum. Pese a llevar solo un mes en el Unicaja, el base americano no ha dejado indiferente ni al apuntador. Asume con calma ser punta de lanza y ejerce como tal. Un liderazgo positivo, donde el equipo está por delante del interés propio en el orden de prioridades. Ello no está siendo una traba para que luzca palmito y promedie 20 puntos por noche. Se está al inicio del camino, pero la salida es cuanto menos ilusionante.

Situación idílica que choca frontalmente con la del Valencia Básket. La posición de uno está siendo un quebradero de cabeza para Txus Vidorreta en sus primeros días en el banquillo de La Fonteta. La disputa del Eurobásket le ha privado de poder disponer de Antoine Diot y Guillem Vives hasta la última semana. Para más inri, Andrés Rico, teórico tercer base, solo ha podido jugar un amistoso. Una ecuación que solucionaron con la contratación por un mes de Pedro Llompart. Un parche, puesto que el mallorquín acaba contrato en estos días. Dada la situación, estudian en la zona noble valenciana prorrogar el vínculo.

Tras el partido de presentación admitía amargamente Vidorreta el complejo escenario. "Vamos a una Supercopa sin que ninguno de los dos bases haya entrenado ni un minuto con nosotros", explicó. Diot llegó del torneo continental con molestias y la preocupación con el galo ha sido máxima, siendo duda para el viernes. Vives se incorporó ayer. Llompart ha convencido en la pretemporada, pero no ha hecho tanto el experimento con Rafa Martínez como director de juego. Está también Green, pero se le prefiere de dos.

Hándicap importante para los valencianos al tratarse de un puesto clave para que engrase la maquinaria y más teniendo en cuenta que aunque no son nuevos en la entidad, el técnico sí lo es. Puede que cuando el balón esté en el aire este desequilibrio pase a un segundo plano, pero en la antesala del choque los de Plaza parten con alguna posición de ventaja en la parrilla de salida. Detalles no baladíes en contextos de tal magnitud.

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