Unicaja Baloncesto

Tregua ganada

  • Desde mediados de enero no ganaba dos partidos consecutivos el Unicaja 

  • Los triunfos ante Burgos y Estudiantes confieren tranquilidad antes del tramo final de temporada

Luis Casimiro y Eduardo García.

Luis Casimiro y Eduardo García. / Javier Albiñana

Desde que el 12 y el 15 de enero el Unicaja ganara consecutivamente al Movistar Estudiantes y al Limoges no conseguía dos triunfos seguidos el cuadro de Luis Casimiro, como ahora firmó con San Pablo Burgos y Movistar Estudiantes. Había jugado en ese tramo 20 partidos entre las tres competiciones y no había ensartado dos triunfos seguidos en ese tramo. Un síntoma de la falta de continuidad que ha padecido en estos meses el cuadro malagueño. Hay algún pico alto por ahí, como el triunfo ante el Madrid o la victoria en el primer partido de la Eurocup en Berlín. Pero ha habido más noticias malas que buenas en 2019, no ha existido esa solvencia para encadenar victorias. De ahí el pobre papel en la Copa, la eliminación prematura en la Eurocup y la pérdida muy probable del cuarto puesto en la temporada regular.

Tras el catastrófico partido de Valencia, en el Unicaja se vieron los dos partidos siguientes como el límite para tomar alguna medida más drástica. Se hizo un partido completo ante el San Pablo Burgos y en Madrid, sin hacer un encuentro redondo, el equipo supo sacar un triunfo para colocarse con un balance de 18-12 tras 30 jornadas de temporada regular, a cuatro del final. En un interesante dato apuntado en Twitter por @avalosas, desde la temporada 2014/15 no alcanzaba esta cifra de triunfos en ACB el Unicaja en la jornada 30.

Fue en esa campaña en la que el Unicaja fue líder durante 21 de las 34 fechas del campeonato. Hace unos días se recordaba la efeméride del debut de Luka Doncic con el primer equipo del Real Madrid. Fue justamente el Unicaja el rival y ahí se fueron las opciones malagueñas de acabar en el primer puesto la temporada regular. De hecho, se acabó en el tercer lugar, superado también por el Barcelona. En cualquier caso, fue la mejor temporada, por continuidad, de la era Joan Plaza.

A falta de cuatro jornadas, el Unicaja tiene tres victorias de margen por encima del noveno (el Tenerife, que también tiene un partido más por su participación en la Final Four de la Champions). Una victorias seguramente valdría matemáticamente la presencia entre los ocho mejores. Pero el propósito es acabar lo más arriba posible. El cuarto lugar parece inaccesible, debería perder tres partidos de los cinco que quedan el Valencia y ganarlo todo el Unicaja para tener esa opción. Cierto es que el calendario taronja incluye varios duelos con equipos de Euroliga de aquí al final de campaña.

A estas alturas de temporada, el Unicaja ha jugado 50 partidos, con un balance de 30-20. Supone un 60% de victorias, cercano a ese ideal de dos tercios de triunfos que suele garantizar cosas grandes. Queda para cerrar la temporada recibir a Fuenlabrada y Andorra y visitar Murcia y Tenerife. Todos los rivales, a día de hoy, con cosas en juego. Especialmente, madrileños y murcianos, a los que acecha el descenso a la LEB. Con su primera secuencia victoriosa desde enero, el Unicaja se ha ganado el derecho a una tregua de unos días para encarar un final de temporada con más cosas en juego de las que pueda parecer a simple vista.

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