Copa del Rey | Iberostar Tenerife - Unicaja Baloncesto

Quién impide soñar (19:00)

  • El Unicaja abre la Copa ante el Iberostar con el reto de pasar de estar entre los cuatro mejores

  • Buenas vibraciones ante un equipo competitivo y asentado entre los mejores

Milosavlejvic y Shermadini sonríen al llegar a Madrid.

Milosavlejvic y Shermadini sonríen al llegar a Madrid. / Unicaja B. Fotopress

La Copa es la particular semana de los Reyes Magos para el aficionado al baloncesto, la ilusión de muchos y la gloria a tres victorias. El día de Reyes, justamente, sufrió el Unicaja una dolorosa derrota en el Carpena ante el Iberostar Tenerife que activaba las alarmas, había síntomas de caída tras dos meses rutilantes. 40 días después ha mutado el estado de ánimo, tocado tras perder la condición de cabeza de serie. Y se ve de otra manera el duelo ante los canarios (19:00, #Vamos). De alguna manera, el sorteo le hizo justicia al equipo malagueño por su buena primera vuelta, declinante al final, con el duelo ante el equipo menos poderoso, en ningún caso fácil, del bombo de los buenos. Y dos victorias repletas de adrenalina ante Real Madrid y Manresa han limpiado el cielo.

En Madrid, en 2009, jugó el Unicaja su última final de la Copa. Desde entonces, sólo ha ganado un partido de las cinco ediciones que jugó. Se perdió otras cuatro. Números bastante bajos para un equipo que lleva dos décadas en la aristocracia del baloncesto español. Gusta el mensaje con el que llega Luis Casimiro a la competición. “Máxima ambición, máxima humildad”, sostiene el entrenador manchego, que está llevando con tiento una transición que se presumía complicada tras un quinquenio de autor como el de Joan Plaza. Gana el Unicaja casi dos tercios de sus partidos, un excelente porcentaje que sería garantía de éxito si se mantiene hasta el final de la temporada. Pero empiezan ahora los puntos de no retorno con la Copa del Rey y las eliminatorias de la Eurocup. Y se eleva la dificultad de los rivales.

El formato de la Copa permite soñar con algo grande y el entrenador no sujetas las riendas. El deporte es un buen analgésico para problemas mayores y si se le despoja de la ilusión es algo menos atractivo. Por ello van 500 personas desde Málaga, por eso y por el ambiente difícilmente comparable de la competición. Se diluye en ciudades grandes, quizá Málaga y Vitoria sean los escenarios ideales por tamaño y pasión, pero también se gana difusión por estar en el centro de poder del país.

Abre la competición el Unicaja ante el Iberostar Tenerife. El precedente más cercano data de ese día de Reyes. En la segunda parte pasó por encima el equipo canario ante un Unicaja frágil que registró la anotación más baja de la temporada, 61 puntos. Lejos de los más de 86 que promedia en la competición, el equipo malagueño está advertido. Pudo ser un bloqueo puntual, pero el Iberostar este año ha vapuleado al Valencia, ha ganado al Barcelona y venció por primera vez en su historia en el Carpena.

No es casualidad ya este equipo canario, que, tras el paréntesis de un año en Valencia, ha recuperado a Txus Vidorreta para llevar los mandos. Hay una estructura y una idea, es el equipo que más triples lanza en la competición, un maestro del pase extra con un contrapeso interior que le ha dado Colton Iverson aprovechando los espacios que se generan. Hombres con experiencia en la Liga, producto español (tres habituales en las ventanas con Scariolo como Beirán, San Miguel y Sebas Sáiz), una isla volcada que hace pocos meses acogió un Campeonato del Mundo de baloncesto femenino... Ingredientes para la consolidación en la élite. Ya avanzaron el año pasado hasta semifinales, instancia que no pisa el Unicaja desde 2015.

Tiene chispa el equipo de Casimiro tras las victorias ante Madrid y Manresa. Esa manera de ganar, esa sublimación del pase y el juego colectivo culminada con la canasta de Wiltjer, inyecta moral en cualquiera. La Copa es una historia distinta, el Barcelona puede escribir un tratado con lo que ocurrió el año pasado. Y es una competición de momentos. El Unicaja, de alguna manera, pierde sin Alberto Díaz y Carlos Suárez, duda hasta el final, su distancia de seguridad por lo que aportan en los intangibles del juego. Hay despistes defensivos, detalles, en los que machaca Casimiro. Es el equipo más productivo de la ACB, pero también el segundo que más puntos recibe. Encontrar el equilibrio es la clave.

Puede ser la Copa de Jaime, por qué no, también la de Shermadini. O la de Lessort, o la de esa pareja de bases, Roberts y Boatright, que ofrece alternativas distintas en la dirección. La de cualquiera, porque este Unicaja tiene espíritu colectivo y desprende una química especial. En Madrid nunca se ha levantado un título y se anduvo cerca una década atrás. Mutado, con otra piel y otras caras, pero llega en un momento dulce. Y quién impide soñar...

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