Si se celebró cómo compitió el Unicaja en El Pireo, en Madrid fue un equipo muy pobre 45 horas después. Mal partido del equipo de Joan Plaza. Se pueden poner los asteriscos del cansancio y demás retahíla, pero enfrente había un Madrid con sólo dos pivots sanos y también metido en la vorágine de muchos partidos. Ganó fácil el equipo blanco ante un Unicaja que parecía no tener ganas de competir, igual sin energía, y se abandonó tras el descanso. Las salidas del primer y del tercer cuarto (35-10 sumando los cinco primeros minutos de cada periodo) delatan que algo no se hizo bien en la preparación del partido. Un notable segundo cuarto permitió alargar el partido. Pero cayó una amplia derrota (99-85), peor en la sensación que en la diferencia, que cierra una previsible mala semana.

Como en El Pireo, el Unicaja empezó a un ritmo insuficiente para competir con los mejores equipos de Europa. Si en Grecia fue 19-4, en Madrid 17-5, tras un parcial de 14-0, para empezar a hablar. Jugaba de titular Dino Radoncic, que en febrero pasado aniquilaba al Unicaja junior en la final del Adidas Next Generation de Coín. Doncic llevaba la batuta, Carroll (12 puntos en apenas 10 minutos, acabaría con 29) ejecutaba y el Unicaja miraba. Plaza prueba quintetos diferentes de salida, mezclando habilidades en los dos lados de la cancha. Pero en esta semana han resultados fallidos.

Dar esa ventaja a un rival, por más disminuido por lesiones que esté, del potencial del Madrid es jugar con fuego, pero el banquillo acudió al rescate del equipo malagueño. Es lo bueno de la gran profundidad del banco. Especial mención para siete puntos seguidos de Dani Díez. Augustine equilibra el quinteto. Suárez, él y McCallum equilibraron el partido. Al final del primer cuarto llovía menos (26-20) y el base americano metió ocho puntos seguidos para comprimir (30-26).

El partido empezaba a jugarse en cánones de igualdad. Parecía el Unicaja más lúcido conforme pasaban los minutos, compartiendo el balón y sin tener un foco claro de anotación. Shermadini, cuando Viny estaba ya en la banda para reemplazarle, metió un dos más uno y se ganó más minutos. Empataba con dos tiros libres Carlos Suárez (40-40), pero el Madrid, que empezó a pasar problemas para encontrar aro pese a estar por encima del 60% hasta entonces, encontró aire con cinco puntos de Campazzo (45-40).

La salida tras el descanso fue de nuevo horrible, impropia de un equipo que quiere competir en cualquier cancha. Cambió el quinteto Joan Plaza, pero resultó la misma calamidad. Ni con Salin, Alberto y Augustine para mantener intensidad. 18-5 de salida y la distancia en 18 puntos (64-47). Baja intensidad en la defensa 1x1, jugadores fácilmente superados y Doncic y Carroll otra vez destrozando a la defensa. Que es algo que le ocurrirá a la gran mayoría de los equipos de Europa. Pero la exigencia enfrente era poca.

El Madrid jugaba a su aire, Doncic se reía y hacía caños a sus defensores, Rudy, en formol hasta el descanso, parecía el de una década antes y así todos los jugadores blancos, con Carroll imparable. Una canasta del mallorquín elevaba a 20 puntos (69-49) la diferencia blanca. La misma que había al final del tercer cuarto (76-56).

De ahí al final, el Madrid estiró hasta los 27 puntos (84-57) en una sangría constante ante la pasividad defensiva cajista. Al final maquilló algo el marcador cuando el Madrid bajó el pistón para batallas posteriores, pero fue una derrota fea, que no estaba en el guión por la manera. El Unicaja se salió del camino. El miércoles, ante el Bamberg, sí que no se puede fallar.

Real Madrid (26+19+31+23) 99: Campazzo 10, Doncic 18, Carroll 29, Radoncic 8 y Ayón 8 -quinteto inicial-. Causeur 6, Randle 0, Fernández 10, Maciulis 0, Yusta 2 y Reyes 8.

Unicaja (20+20+16+29) 85: Díaz 0, Nedovic 10, Waczynski 8, Brooks 11 y Shermadini 9 -quinteto inicial-. Okouo 4, McCallum 15, Soluade 0, Salin 4, Díez 7, Augustine 6 y Suárez 11.

Árbitros: Conde, Bultó y Zamorano.

Incidencias: 5ª jornada de la Liga Endesa 2017/18. WiZink Center de Madrid. Unos 10.000 espectadores.