Rubén Guerrero se marchó para Estados Unidos pesando apenas 80 kilos, acabada su etapa junior con 17 años. Volvió a España con 23, con 30 kilos más de músculo en su cuerpo. El jugador marbellí hizo en Estados Unidos un proceso acelerado de fortalecimiento y en este parón no quiere perder la forma ni el tono muscular.

Siguiendo las rutinas que manda Diego Vázquez, preparador físico del equipo, Guerrero mostraba este vídeo a través de las redes sociales, desde su casa y con la familia, haciendo ejercicios de pesas de alto voltaje. Una manera de mantener la forma para el flamante internacional español, que ha subido en el escalafón de los planes de Casimiro en los partidos previos al parón.

Rubén Guerrero dio desde enero un salto cualitativo enorme, aprovechando a la perfección el hueco de minutos que se liberó con la lesión de Elegar. El marbellí firmó en mayo pasado por dos años y lo que quedaba de temporada. Acabaría también en 2021. Es un perfil de jugador que no abunda, de hecho es el malagueño más alto que ha jugado a alto nivel en baloncesto. Por sus cualidades es un hombre apetecible para equipos de techo alto, pero aún le queda madurar y ganar continuidad. Y está en el hábitat correcto para hacerlo. El club confía en él y se pretende abordar en verano su ampliación.