El Unicaja afronta una visita de nivel a una pista con aire de gran cita. Los duelos con el Valencia siempre han tenido algo especial, más aún desde la gesta de los malagueños en la Eurocup, de la que se han cumplido cinco años en este 2022. Desde aquel envite, en el que ambos equipos buscaban su hueco en la Euroliga, las trayectorias han llevado por distintos caminos a ambos conjuntos. Los cajistas cambiaron de rumbo para instaurarse en la BCL, una competición en crecimiento, ante la imposibilidad de alcanzar las cotas económicas que exige la Euroliga. 

Los valencianos, por su parte, hicieron una fuerte apuesta económica para aspirar a esa elite europea que conforman los equipos top de la Euroliga. La competición continental amenaza con su sistema la convivencia con las ligas domésticas, con un volumen de partidos que supone duplicar la carga de los jugadores en una temporada. En otras competiciones nacionales menos disputadas, los equipos de la Euroliga abordan cada curso con mayor tranquilidad y perspectiva, pudiendo medir los tiempos para disputar la Euroliga sin sacrificar la disputa con los equipos de sus países.  

La Liga Endesa, considerada por muchos la mejor liga nacional de Europa, no ofrece esas condiciones. La competitividad del panorama baloncestístico Español te hace tener que bajar al barro cada fin de semana, con rivales ante los que no puedes relajarte. En sus propias carnes lo está viviendo el Valencia, que marcha undécimo en la tabla a pesar de tener el tercer mayor presupuesto de la competición, con una inversión cercana a los 25 millones de euros. 

En lo deportivo, esto se traduce en una plantilla profunda y potente. Un plantel liderado por Jasiel Rivero, que vive su segunda temporada de naranja, y el estadounidense Chris Jones, base en línea ascendente que se incorporó a las filas valencianistas esta temporada. Tampoco hay que olvidarse de clásicos de Liga Endesa como Victor Claver, Bojan Dubljevic y Sam Van Rossom, aunque este último causará baja ante el Unicaja por unas molestias en su rodilla derecha que le obligan a pasar por quirófano. 

Otros jugadores peligrosos son Xabi López-Arostegui, reciente campeón de Europa junto a Alberto Díaz y Darío Brizuela, y James Webb III, una de las sensaciones de la pasada campaña y uno de los culpables del buen curso del Baxi Manresa, lo que también le valió la atención del Valencia. En definitiva, una plantilla con variedad en sus filas y en la que varios jugadores pueden echarse el equipo a la espalda. 

Todo esto es sobre el papel, ya que en lo que a momento de juego se refiere, el Valencia es un animal herido. Lejos de facilitar las cosas, eso los convierte en un rival aún más peligroso si cabe. Los de Alex Mumbrú reciben al Unicaja tras ceder cuatro encuentros de forma consecutiva, promediando unos pobres 71,5 puntos, muy lejos de los más de 85 que venían anotando antes de que comenzara esta mala racha. Jugar ante su público también será un plus de motivación para revertir la situación. 

En el lado de los cajistas, la dinámica es todo lo contrario y el partido en la pista valenciana podría reafirmar aún más las aspiraciones que el equipo plasma sobre la pista. Tras el parón, los de Ibon Navarro se pusieron el mono de trabajo para sacar adelante el partido en Santiago, sabiendo sufrir y leyendo bien el encuentro. Para este viaje, todos están disponibles con un único asterisco con Tyler Kalinoski, que ha sufrido un virus estomacal y no ha podido trabajar con normalidad esta semana, aunque parece que llega al encuentro del domingo. Muchas cosas en juego en un duelo clásico del baloncesto nacional entre dos equipos a los que solo separa un triunfo en la tabla. Dos si mañana sale victorioso el Unicaja.