Unicaja

Así se despide a un mito

  • Todo el proceso de reconocimiento a Carlos Cabezas ha potenciado la imagen del Unicaja a nivel nacional 

  • Queda, no obstante, aún un arduo proceso de reconquista

  • Sólo 6.000 personas acudieron ante el equipo más en forma de Europa y en un día emotivo

Carlos Cabezas contempla cómo se retira la camiseta.

Carlos Cabezas contempla cómo se retira la camiseta. / ACB Photo / M. Pozo

El Unicaja no pudo completar el domingo con una victoria una jornada emotiva en el Carpena. No obstante, transmitió a toda España, ayudado por el tacto de Movistar con el momento, una imagen muy potente como institución, de respeto a una leyenda del club y a la historia de la propia entidad. Durante todo este proceso, desde la rueda de prensa de despedida en la casa, los últimos minutos en pista en un amistoso contra el Madrid y en esta tarde de octubre, se ha honrado de manera apropiada a la figura de Carlos Cabezas, un jugador que llegó con 13 años a Los Guindos y se fue con 28 después de haber conseguido lo máximo, ser campeón europeo y nacional con su club y doble campeón del mundo, junior y senior, con la selección. También tuvo su retirada de dorsal Berni Rodríguez en 2017. La comparación en formas y cariño mostrado desde la entidad difiere bastante.

Es uno de los propósitos esenciales que se propuso Antonio Jesús López Nieto cuando accedió a la presidencia del club, tocar las teclas necesarias para reparar la desafección creciente que existía con jugadores y entrenadores históricos y un gran sector la afición. Y que sigue existiendo. La realidad es que en una jornada histórica, con el homenaje a un jugador muy respetado, querido y de la casa, con el equipo más en forma de Europa enfrente, sólo 6.000 personas acudieron al Carpena. Quedaron más de 2.000 entradas sin vender. En otra época sería una entrada floja. Es evidente que la pandemia aún hace mella, la masa de abonados cajistas ha crecido en media de edad y hay respeto por la enfermedad. Que el equipo ha vagado deportivamente demasiado tiempo. También hay estrecheces económicas en muchas familias y se ha acelerado en este año y medio los cambios de paradigma para disfrutar del ocio. En el Barça-Madrid de fútbol que se jugaba dos horas antes quedaron 12.000 entradas sin vender en el Camp Nou.

No es exclusivo del Unicaja, pero ha quedado claro en el club que hay que lanzarse de manera agresiva, de manera bien entendida, para recuperar al aficionado. Y que será un proceso lento, en el que también tendrá que acudir a la batalla diaria, al puerta a puerta. A, por ejemplo, que los jugadores acudan a clubes y escuelas de baloncesto, como ya hicieron Carlos Suárez y Norris Cole semanas atrás, como en la década de los 90 se sembró en la explosión del baloncesto en Málaga. En cualquier caso, entre el núcleo de fieles cajistas, -“los 5.000 de Ciudad Jardín”, como se suele evocar- han gustado los gestos y políticas desde los nuevos responsables del club. La figura de Carlos Cabezas, por ejemplo, estará más en el día a día de la entidad, el jugador dejó la puerta abierta en su despedida, y la relación con el club no se limitará a que su camiseta esté colgada del techo del Palacio, como ha sucedido con Berni Rodríguez.

Ahora queda la parte deportiva para sumar efectivos. Hay pocos pabellones en España, aun a medio llenar como el domingo, que creen atmósferas de baloncesto como la del domingo pasado ante el Barcelona. Lo comentaban los propios jugadores azulgranas al acabar el partido con sus colegas cajistas, que cómo aprieta el Carpena. También hay que acostumbrarse a recuperar esos extras de adrenalinas o de presión, según dónde se juegue. Se puede y debe potenciar la estructura del club, se trabaja en ello, pero el reflejo que se emitirá seguirá siendo el que se ofrece desde la pista. Y ahí el equipo, pese a competir ante el Barcelona, tiene aún que crecer bastante en baloncesto. Actitud sí tiene.

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