Unicaja

La espera paciente de Ignacio Rosa

Ignacio Rosa.

Ignacio Rosa. / marilú báez

Una vez acabada su etapa en el instituto, Ignacio Rosa entrena todos los días con el primer equipo del Unicaja. Es uno más en el equipo profesional. A Plaza le gusta trabajar con un mínimo de 13 jugadores y el gaditano (18 años y 2.07 metros) completa el trabajo y moldea su cuerpo para adaptarse al baloncesto profesional. Hasta hace un par de años no pudo cargar su musculatura bien porque las rodillas, durante su crecimiento, estaban frágiles. Ahora ya puede meter kilos una vez su desarrollo está casi terminado.

Rosa juega cada fin de semana con el equipo de Liga EBA, ha participado de forma testimonial en dos partidos de ACB y Euroliga esta campaña, que está siendo de aprendizaje invisible para él. Ha sido el sexto interior normalmente. De alguna manera, con la ausencia de Shermadini, el papel de Viny debe aumentar hasta la llegada del refuerzo. Y Rosa puede coger el del congoleño, con algún minuto en la rotación en partidos que se encarrilen de manera favorable.

Dotado de una mano privilegiada desde fuera, empieza a combatir en los entrenamientos, en los que antes salía rebotado ante físicos formados y profesionales. Renovado el pasado verano terminada su etapa junior, el próximo verano seguramente esté en el Europeo sub 20. Al final de temporada se evaluará si lo mejor es una cesión, al estilo de Romaric, Karahodzic o Soluade. Hasta entonces, trabaja e intenta rascar algún minuto.

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