Unicaja

Había que ganarlo (84-85)

  • Un Unicaja menos intenso de lo habitual arranca con agonía un valioso triunfo, en lo clasificatorio y lo anímico, de Madrid. Un tiro libre de Dragic y dos buenas defensas, claves.

Plaza acudió a los clásicos, al sheriff Manel Comas, uno de sus maestros, para explicarlo de manera sucinta. "A la Copa hay que llegar ganando", citó el de Badalona a su mentor tras el partido. Y, básicamente, de eso se trataba por más que el desarrollo de los 40 minutos fuera muy mejorable. El Unicaja venció (84-85) en el Palacio de los Deportes de manera un tanto angustiosa. Quedó la sensación de que el equipo malagueño era superior por varios cuerpos a los estudiantiles, pero que no pasó de la cuarta marcha casi nunca. Se sintió cómodo, quizá cansado en la última estación de un periplo demoledor, en un peligroso intercambio de canastas que no privilegia las virtudes propias y sí las ajenas. Cuando se dio cuenta estaba cuatro puntos abajo a tres de minutos final (77-73).

Llegar con cuatro derrotas consecutivas a la ilusionante Copa que se avecina, por más que tres estuvieran perfectamente justificadas, no era la mejor tarjeta de visita aunque en el torneo del KO se hayan contemplado vuelcos inverosímiles. Y el Unicaja echó a calderas el carbón que le quedaba para arrancar el triunfo. Entre que el Estudiantes no estuvo certero desde el tiro libre en esos momentos, sí el equipo malagueño, y que la defensa subió varios niveles de intensidad el Unicaja revirtió una situación complicada.

Como detalle, el equipo local no lanzó a canasta en sus dos últimos ataques. Después de que Granger metiera dos tiros libres, se igualó el duelo (84-84). Quedaban menos de 30 segundos. Colom intentaba agotar la posesión y Suárez se anticipó en un pase para lanzar el contragolpe. Dragic fue parado en falta. El esloveno metió el primero y falló el segundo y el Estudiantes disponía de seis segundos y armar un ataque. La falta no era aconsejable, había que defender. Y el indomable Dragic se repuso del error, tocó un balón que cayó en manos de un grisáceo Caner-Medley. Y victoria para Málaga tras un sufrido duelo.

El epílogo a esta racha de cuatro partidos lejos de Málaga deja un regusto dulce por el resultado, pero no se pueden lanzar las campanas al vuelo, ha sido una fotografía de la realidad. Hay gigantes por encima y si no se baja al fango y se agacha el trasero en cada defensa se sufre bastante. El equipo, con los atenuantes de los largos viajes y la lesión de Calloway, no ha estado tan brillante y sólido como en la secuencia de cinco victorias consecutivas anteriores. Pero ganar en esas circunstancias reconforta. De nuevo resultó capital   la garra y el atrevimiento de Dragic, por más que ayer estuviera errático y no leyera bien varios contraataques. Pero, todo corazón, eso va en el lote. 14 puntos y ocho rebotes, muchos en momentos decisivos, bien lo valen.

El Unicaja comenzó dominando (8-15), pero el Estudiantes reaccionó antes de que Vidal empezara con un insólito show de triples (4/4 en el segundo cuarto) que percutió para que se adquiera la mayor renta (31-39) del duelo para cualquiera de los dos equipos. Vidal entró por Granger para darle cobertura en la posición de base, pero adquirió galones de tirador (14 puntos en nueve minutos). No obstante, esa parsimonia que desprendía el Unicaja convirtió el duelo en un chorreo de puntos que al final favorecería al Estudiantes (44-45).

Con todo igualado, el partido tenía alternativas. Empezó Fran Vázquez muy bien tras el descanso, anotando de diversas formas. En el Estudiantes Miso, haciendo algo similar a lo de Vidal en el Unicaja, cogió la bandera y empezó a interpretar a la perfección la defensa de Plaza. Las canastas fáciles se sucedían, el perímetro local encontraba situaciones favorables, ya fueran en el tiro o cerca de la canasta tras cortes y malas defensas del pick and roll. 63-59, 74-70, el Estudiantes dominaba a pesar de las buenas coberturas de Carlos Suárez, capital para la suerte del partido con tres triples, siempre en momentos de tensión.

Se atacaba peor, se defendía mejor y existían más nervios. O sea, que se redujo algo la anotación en el último cuarto hasta que se entró en el carrusel de los tiros libres, en el que el Unicaja gestionó mejor, estuvo más certero. Entre medias, Txus Vidorreta, especialmente nervioso cuando se enfrenta al Unicaja y con los árbitros como arma arrojadiza, había sido expulsado tras señalársele dos técnicas. Con 82-82 el Unicaja realizó dos malos ataques, pero el paso de Miso e Ivanov por la línea de tiros libres dejó sólo dos puntos de desventaja, enjugados por otros dos de Granger (84-84).

Y ahí la defensa del Unicaja junto a la falta de inspiración de Colom se conjugaron para que el equipo malagueño, tiro libre de Dragic mediante, pudiera arrancar una victoria importante. Vale en la tabla para empezar la segunda vuelta con brío, pensando ya en el play off, y colocarse en un notable 66.6% de victorias (12-6). Pero pesa mucho, en el aspecto positivo, en la vertiente anímica para llegar a la Copa con un triunfo. Había que ganarlo. Y se ganó.

Tuenti Móvil Estudiantes (18+26+19+21) 84: Colom 7, Van Lacke 10, Rabaseda 3, Ivanov 9 y Slokar 5 -quinteto inicial-. Fernández 4, Banic 12, Kuric 15, Rubio 7 y Miso 12.

Unicaja (20+26+16+24) 85: Granger 11, Toolson 6, Suárez 11, Caner-Medley 5 y Vázquez 9 -quinteto inicial-. Sabonis 0, Vidal 14, Urtasun 2, Kuzminskas 0, Dragic 14, Hettsheimeir 3 y Stimac 10.

Árbitros: Jiménez, Araña y Munar. Eliminado: Miso. Descalificaron al técnico local, Txus Vidorreta, por dos técnicas

Incidencias: Partido de la 18ª jornada de la Liga Endesa, disputado en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid ante unos 8.000 espectadores.

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