Will Thomas es el jugador con el sueldo más elevado de la plantilla actual del Unicaja. Venía de jugar 27 minutos en la Euroliga por partido en un equipo que se quedó a un triunfo de la Final Four. Se realizó una inversión importante por un jugador de 36 años. Y fue para que respondiera en la cancha como hizo el domingo en La Fonteta. Era el penúltimo jugador de la plantilla que menos jugaba, pero quienes le ven cada día entrenar tranquilizaban sobre el estado del de Baltimore.

Will Thomas repite rutina cada temporada. Conoce su cuerpo, es su 14ª campaña como profesional. Llega algo pasado de peso y el trabajo físico le va poniendo en su punto ideal. Cuida la alimentación en temporada, algo en lo que también aconseja a sus compañeros americanos. Y poco a poco va llegando su momento. Van pasando las temporada y, como él decía en su presentación, no tiene el mismo físico que cuando con 28 aterrizó en Málaga. Pero nunca fue un jugador explosivo. Desde que se fue del Unicaja alternó Euroliga y Eurocup en Valencia y ya después en la máxima competición en San Petersburgo y Mónaco.

Y esa jerarquía brotó en Valencia. Sus seis puntos y cuatro rebotes en 23 minutos (el que más del equipo) no parecen grandes números, pero quien vio el partido comprendió el impacto en el encuentro que tuvo el ala-pívot, por encima de las cifras, con esos rebotes también en los minutos finales. Pegamento para el equipo y la tranquilidad de que en los partidos grandes y de exigencia allí está el tío Will Thomas para lo que puede hacer falta. Para eso se le fichó.