Intenta normalizar Luis Casimiro en la victoria y en la derrota. Ni descorchar el champán, ni ver todo negro en la zozobra. Hubo autocrítica del técnico, aunque se le pide una vuelta de tuerca más después de tropiezos de este calibre. Sigue el técnico su hoja de ruta, molesto con la derrota, pero con la moral lista para el próximo choque.

Lo explicaba en su inicio. "Mal sabor de boca de los últimos cinco minutos, hay que entender que el equipo compitió 35 minutos y tuvimos la posibilidad de estar. Cuando ganamos en el primer cuarto o en el segundo tiempo después de recuperarles la desventaja, siempre encontraron un tiro abierto y tuvieron muy buenos porcentajes. Ahí estuvo la clave para evitar creernos que podíamos ganar el partido. Los últimos cinco minutos no sabría cómo definirlos", decía el manchego.

Le falta solidez al equipo, una red de seguridad para escenarios tan complejos. Se le vieron ciertas costuras en el Carpena, ante un Alba que dominó de forma amplia. Lo reconocía el entrenador cajista: "No somos consistentes y sólidos en las situaciones de continuidad. Tenemos esas irregularidades, que es bien cierto".

Tiene claro el técnico la receta para afrontar lo que viene. Un partido con el Delteco GBC en ACB, aunque un ojo estará en Berlín. "Se afronta apelando a la profesionalidad, que tenemos un partido en menos de 48 horas y debemos hacer el trabajo para ello. El play off es una parte de tres, estamos en la segunda y queda una más. Perdimos una buena oportunidad ante nuestro público, seguro; con un pabellón que estaba muy bonito y nos hubiese gustado ganar y dar una mejor cara hasta el final, donde nos desfondamos y no dimos la imagen que queríamos. Ellos estuvieron y supieron inapelable la victoria", decía un sincero Casimiro, que tiene poco tiempo para enderezar el rumbo, aunque siempre toca teclas.

"La eliminatoria está 1-1, es lo que cuenta al final. El partido durante muchos minutos estuvo igualado, en el primer y tercer cuarto, la distancia, por el final, fue mucha, pero tengo que apelar a que estuvimos ahí muchos minutos. Pero reconozco y asumo que la imagen final no fue la deseada", insistía Casimiro, que pone la mirada en el horizonte más cercano.

El preparador del Unicaja quiere que el equipo reaccione tras un duro varapalo. Lo que se juega ahora es uno de los tramos más importantes de la temporada, está en juego uno de los dos teóricos billetes a la Euroliga. "Tenemos que levantarnos ya, no queda otra", explicaba Casimiro, que profundizaba: "Hay que pensar en un partido súper importante y ante un rival que compite muy bien. Toca saber tener la dureza mental que pide el momento para jugar el partido en menos de 48 horas".