Si el equipo ya se mostró comedido cuando se impuso en Valencia, sin celebraciones ni festejos, hoy con la derrota en casa han elevado la prudencia al máximo: sin celebraciones ni festejos, pero algo menos satisfechos. Se esperaba la eliminatoria más igualada de las cuatro diputadas y así se está desarrollando, hasta llevar la misma al límite, al tercer partido. 

Los capitanes Alberto Díaz y Carlos Suárez son conscientes de que la eliminatoria vuelve al comienzo, sin ventajas, pero se muestran esperanzadores con la última oportunidad que les queda: "La situación ha sido un poco contradictoria, pero no hay que pensar más en este partido, sino en el siguiente".  

Carlos Suárez hacía hincapié en lo cerca que tuvieron la eliminatoria, en cómo la rozaron: "Las sensaciones son malas. Hemos tenido ahí la eliminatoria y encima en casa". Mientras, Alberto nunca consideró que el partido tuviera su nombre: "Hemos ido a por todas, pero en ningún momento hemos sentido que fuera nuestro". 

Si Jaime señalaba a San Emeterio cómo el artífice de que la balanza se inclinara hacia el equipo naranja, Alberto considera que el partido se ha decidido por los pequeños detalles: "Ellos han sido mejores y eso ha sido lo que ha decantado el partido". 

El tercer partido ya será a vida a muerte, sin más preámbulos. Conocedores de ello, Alberto ya señala los factores a mejorar para que la eliminatoria vuelva a ser verde: "Hay que mejorar un poco de todo para ganar en Valencia: rebotes, pérdidas y mayor fluidez de pase". Mientras tanto, Suárez establece la máxima que extrapola a todo el vestuario: "Hay que mirar hacia delante y no lamentarnos".