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La mirilla apunta alto

  • El club trabaja intensamente en la contratación del base tras la llegada de Casimiro

  • El disparo del conjunto de Los Guindos se dirige hacia arriba

Alberto Díaz charla con Morayo Soluade.

Alberto Díaz charla con Morayo Soluade. / javier albiñana

La llegada de Luis Casimiro al Unicaja implica per se la puesta en marcha de la maquinaria verde. Como confirmó el técnico manchego, él y Carlos Jiménez ya están en plena confección de un nuevo proyecto, estratégico para el crecimiento de la entidad en el corto plazo. La línea de exigencia debe estar en el regreso a la Euroliga, condición sine qua non para no quedarse descabalgado de la crema europea. En ese acelerón se deben clarificar muchos aspectos en el capítulo de salidas y entradas. En el segundo, el club ya trabaja de manera intensa en la contratación de un base.

Quizá sea una de las faenas de mayor enjundia del estío. Del acierto o el fallo depende un porcentaje alto de la suerte de la nueva plantilla, por lo que tener tino resulta básico. Sucede que en el último lustro hay una especie de mal endémico en esta cuestión, con una sucesión de desaciertos que deben dar experiencia en la enésima batida de unos. La línea es aún más delgada si cabe tras el adiós de Nedovic -aún no hizo efectiva su cláusula para romper la vinculación, teniendo todavía 13 días, aunque se da por segura-, que en la última temporada y media disimuló muchas carencias.

En el Unicaja tienen claro que el 'uno' debe ser uno de los puntales del nuevo proyecto

El Unicaja está en el mercado, realizando una importante criba entre una nómina importante de jugadores. Las fuentes consultadas avanzan que hay un denominador común en esa búsqueda. La mirilla está alta, en la cúpula cajista son conscientes de que el director de juego debe tener un caché importante, siendo una de las piedras angulares del plantel para el curso 18/19. Un tipo con "nombre y ojos", según cuentan a este periódico.

Una de las partidas significativas del presupuesto, menor que el de la última campaña, irá destinada a esta contratación. En esa renovación del esqueleto del equipo, huérfano con la fuga de activos importantes como Nedovic, Augustine o Brooks, el uno y un par de interiores guardan ahora más trascendencia.

El perfil lo marca el sello de Casimiro, clave en este apartado. El entrenador tiene claras las líneas maestras, decidiéndose en estos momentos por un base que sea capaz de tener buena visión de juego, pero que también aporte en la faceta ofensiva. Capacidades que cotizan en mercado, aunque el Unicaja debe jugar sus cartas. Toca limpiar la mirilla, además de adelantarse a otros contendientes.

Un profesional que será el acompañante de Alberto Díaz, una pieza de probada fiabilidad en los tres últimos años. Su progreso tapó rendimientos discontinuos de otros fichajes. También está por ver qué sucede con Morayo Soluade, que puede volver a tomar el camino de la cesión para foguearse al máximo nivel. El inglés partía como tercer base, aunque con Plaza jugó la mayoría de minutos de dos. Es otro asunto en manos de Casimiro, que también debe discernir si en una plantilla más corta habrá hueco para un tercer base o para un quinto exterior. Más arriba de todo ello está el uno titular, uno de los asuntos de más trascendencia ahora en las oficinas de Los Guindos.

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