Pocos pueden discutir la supremacía de la Euroliga en el plano europeo. Su nuevo formato, que esta temporada cumplió su segundo año, ofrece un producto muy atractivo y la brecha económica de los participantes con el resto de equipos de sus ligas nacionales cada vez va ganando centímetros. Su dominio crece a pasos agigantados. A rebufo quiere tener la entidad que preside Jordi Bertomeu a su hermana pequeña, la Eurocup. Sucede que el segundo torneo continental está perdiendo galones en favor de la FIBA Champions League, de reciente creación.
Lo evidencia el movimiento del Brose Bamberg, que perdió el billete de la Euroliga al igual que el Unicaja. Ambos iban encaminados a la Eurocup hasta que los germanos pegaron un volantazo y se comprometieron a jugar por los próximos cinco años el torneo de la FIBA. Una decisión firme que explicaba su General Manager. "Es importante para nosotros tener certeza y estabilidad para los próximos años. Y eso es lo que tenemos ahora con una asociación a largo plazo con esta pujante competición", comentaba Rolf Beyer, que explicaba su estrategia: "Confiamos en que seguirá creciendo en los próximos años y se convertirá en la mejor de Europa. Otros grandes clubes europeos seguirán nuestro ejemplo".
El dirigente germano podía hacer referencia al Mónaco, que medita seguir sus pasos. El conjunto galo apareció en el listado de equipos que la próxima temporada disputarán la Eurocup, aunque en el seno del club francés hay opiniones que piensan que el equipo debe volver a la Champions League, competición de la que son vigentes campeones.
Beyer dio otro detalle que guardó trascendencia a la hora de dar el paso. "Brose Bamberg podrá ahora cumplir con su deber de dejar a sus jugadores disponibles para los equipos nacionales porque el BCL respeta el calendario internacional, así como la liga alemana. Brose Bamberg quiere participar activamente en el desarrollo del baloncesto alemán", comentó.
Una maniobra de expansión que también quiere echar sus redes en el baloncesto británico. País de menos nivel baloncestístico, pero clave estratégicamente. Ahí puede tener cabida el Leicester Riders, que se impuso en la BBL inglesa. Y es que el poder de atracción de la Champions League está siendo notorio pese a su corta trayectoria. El nuevo formato de la Euroliga hizo que muchos equipos de Europa tuvieran que dejar de disputar el mejor torneo continental. Ante eso, dieron preferencia al pujante torneo de la FIBA antes que a la Eurocup. Ejemplo de ellos son el Dinamo Sassari, el Pinar Karsiyaka, el Zielona Gora, el Estrasburgo, el Neptunas Klaipeda o el Nanterre. Todos ellos disputaron la Euroliga en el último lustro. El último en cambiar el paso ha sido el Brose Bamberg, conjunto con estatus similar al Unicaja en el segundo nivel europeo. Una FIBA Champions League que se está convirtiendo en una piedra en el zapato de la Eurocup, cuya tarea es remendar esta importante grieta.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios