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No se la pierdan

  • El Unicaja regresa a la Euroliga en un duelo que semeja una Supercopa ante el vigente campeón, el Fenerbahce

  • Un reto hercúleo, pero tremendamente estimulante

Alfabéticamente, el Unicaja es el 14º equipo de la Euroliga. También es el 14º en presupuesto. Y el 14º en el ranking previo por potencial de plantilla que distribuía la propia competición. ¿En ilusión? Se supone que es altísima la de los 16 participantes. Hay un matiz, el Unicaja es, de los cinco debutantes en este formato, quien mejores números históricos tiene, de largo. La camiseta verde y el escudo ha ido parte del paisaje de esta competición desde los albores del siglo XXI. Málaga es una bendición para esos visitantes que en meses de invierno llegan desde el Este o el Norte de Europa. Y la Euroliga da la bienvenida a un viejo amigo, el Unicaja. Visto cómo está el panorama, asentarse en ella determinará el futuro y la ambición del club. La expansión de licencias va por el camino de otros mercados no tan presentes como el español. Seguramente haya que volver a acceder por la Eurocup en el futuro. Pero siempre que se hable de estar en ella o en las cercanías será buena señal.

"Es la mejor competición, sin duda, fuera de la NBA", dice McCallum antes de debutar en la Euroliga. Es el sentir general en la plantilla. El Unicaja fue durante 11 años seguidos uno de los 16 mejores equipos de Europa. Y, tras un paréntesis con título de Eurocup incluido, vuelve a serlo. Es una temporada especial, que hay que paladear, disfrutar y, por qué no, sufrir como si fuera la última. No se valoró en Málaga lo que es estar entre la aristocracia europea hasta que se perdió tal privilegio. Fue una respuesta orgullosa del Unicaja, a un golpe sucedió un título. Ejemplifica esa teoría del paso atrás para coger impulso.

Parte el 14 de los 16 en los pronósticos y en potencial económico; el reto, ir más arriba

El Unicaja debuta en otra competición. Es un formato abrasador que llevará a jugar dos ligas de forma paralela. Equipos del máximo nivel en el continente se desfondaron por la exigencia, viajes y cantidad de partidos. No se escarmienta en carne ajena y el equipo de Joan Plaza tendrá que endurecerse. Las dinámicas serán claves, y el aspecto mental. No hacer drama de la derrota ni fiesta de la victoria. O sí, pero tener memoria de pez. Es una prueba física, pero también mental. Como ya se hizo la temporada pasada, en la primera jornada se empareja al campeón de la Euroliga y al campeón de la Eurocup. Una suerte de Supercopa sin trofeo para empezar la competición.

Qué decir del Fenerbahce, que añade el apellido Dogus a precio de oro. La potente empresa que manejaba al Darussafaka se alía con unos cuantos millones de euros con un club que se hizo grande con la llegada de Zeljko Obradovic. Dinero ya tenía, pero el nivel se lo dio el mago de Cacak. A decir quienes le han tratado, humilde a raudales. "Sólo soy un cateto de Serbia", decía hace 10 años en Atenas mientras esperaba para entrar en la sala de prensa del hotel de los equipos de la Final Four de 2007, una de las nueve que ganó.

Allí estuvo el Unicaja. Soñar con Belgrado, sede en mayo del acto final, parece utópico. Un objetivo muy ambicioso es estar en play off, con los ocho mejores. Estar en las cercanías sería cumplir. El temor que existe es que el equipo se caiga y quede lejos de esos puestos demasiado pronto. Es el reto de ser constantes y competitivos cada noche. Antes de la reforma, solían verse uno, dos, con suerte tres, equipos asequibles en un grupo de seis clubes. Ahora cuesta imaginar una salida cómoda. Los dos equipos con menos presupuesto que el Unicaja, Zalgiris y Estrella Roja, tienen tremendos ambientes en Kaunas y Belgrado que les hace ganar partidos. Si el Carpena se coloca a su altura habrá más opciones. Gigantes campeones de la competición que se quedaron fuera delplay off el año pasado, casos de Maccabi, Barcelona o Armani, se han reforzado con piezas de calidad. Y así se puede seguir con la retahíla de equipos de máxima calidad.

El primero es el Fenerbahce. Se le han ido dos jugadores absolutamente determinantes como Bogdanovic y Udoh, Top 3 en ataque y defensa de la pasada competición. Pero han llegado un pívot de dilatada experiencia en NBA como Jason Thompson, compañero durante dos temporadas de McCallum en Sacramento, Nicolo Melli, ala-pívot por el que se pegaba media Europa, el explosivo Wanamaker y el prometedor Guduric para apuntalar un esqueleto que ya conoce usos y maneras de Obradovic. Sloukas, Datome, Muhammed o Vesely dan un poso de equipo contendiente al título muy serio.

Cuando suene el Devotion poco antes se cerrará un círculo de 552 días desde el último partido de Euroliga disputado en Málaga. Curiosamente, fue el Fenerbahce el que le dijo "hasta luego" al Unicaja y el que le dice "hola" año y medio más tarde. El mejor baloncesto de Europa pasará por Málaga durante seis meses, una temporada comprimida, una mini NBA continental. Y, como expresa Waczynski en la foto que acompaña a esta previa, es para no perdérsela. No falten.

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