El palo severo del viernes le quitó las ganas de baloncesto a un número importante de los malagueños desplazados a Barcelona a seguir la competición. Había aproximadamente la mitad del medio millar del día anterior. Y es que el papel del equipo sentó a cuerno quemado entre la hinchada, no sólo por la derrota, sino básicamente por el cómo, por el rival. La marea verde mudó el rostro y en la zona destinada a los seguidores malagueños se vio a muchos seguidores del Barcelona, síntoma de que las entradas habían pasado a aficionados locales, devueltas por seguidores cajistas. La gran mayoría permanecerá todo el fin de semana en la Ciudad Condal.

Por cierto, que está siendo una de las Copas del Rey con mayor afluencia de público real. Siempre suelen estar vendidas las entradas, pero hay asientos vacíos. Esta vez, quizá por lo que mueve el Barcelona en casa, el Sant Jordi está registrando asistencias bastante importantes.